Entre observaciones, comentarios y poca organización se leyeron los cuatro primeros capítulos del Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso de El Ávila. Las sugerencias finales fueron escritas en un papel que presuntamente será tomado en cuenta más adelante.
Por Mariana Sofía Garcia / Crónica.Uno
Caracas. De la noche a la mañana fue la convocatoria por parte del Instituto Nacional de Parques (Inparques) a la ciudadanía para que participara en el primer encuentro de revisión y actualización del Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso (PORU) de El Ávila, que se desarrolla en medio de una serie de denuncias por parte del sindicato de trabajadores de ese organismo tras violaciones a decretos de esta norma.
“Me enteré ayer que hoy iban a hacer esta reunión y no me quedó claro quiénes podían asistir. Cuando salió la nota de prensa dicen que se hizo la invitación a usuarios y académicos, entonces mi pregunta es a cuáles universidades se convocó”, expresó Tania Pacheco, biólogo independiente, al comenzar la actividad en el Salón de Trotadores del Parque Generalísimo Francisco de Miranda, y se cuestionaba por la poca difusión a través de las redes sociales.
Aunque el proceso debe estar compuesto por seis fases que, en primer lugar, requieren la elaboración de informes que sirvan como guía para formar mesas de trabajos, someter las decisiones a una consulta pública, aprobarlas mediante un consejo de ministros y posteriormente aplicarlas, los representantes de Inparques no tenían un diagnóstico previo de El Ávila que les permitiera trabajar en conjunto bajo una visión general.
Según Argelia Silva, biólogo asesor de Inparques, el coordinador del parque nacional El Ávila, Ramón Campos, posee una documentación que sería parte del aclamado diagnóstico. Sin embargo, no asistió al encuentro porque “tenía una reunión” y se disculpó por su ausencia.
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