Los acontecimientos indican que si el Foro de Sao Paulo tiene un plan este no se está cumpliendo a la perfección como se han ufanado Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. Ni perfecto, ni infalible. Por el contrario, la “brisa bolivariana” no se ha llevado (por ahora) ni a Lenín Moreno ni a Sebastián Piñera, sino a Evo Morales.
Hasta hace apenas un mes Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Rafael Correa se frotaban las manos ante lo que parecía ser la inminente caída (o derrocamiento) del presidente de Ecuador, Lenín Moreno.
Consciente de las dificultades económicas que le había dejado a su sucesor (y exvicepresidente) y de las restricciones que le imponía la dolarización, Correa calculaba la inminente caída de quien se había convertido en su peor enemigo. Maduro también lo esperaba por el mismo motivo. De un tiempo a esta parte Moreno se había transformado en su más duro crítico. Era el inicio de la “brisa bolivariana” como la bautizó el segundo al mando del régimen chavista en Venezuela.
Por esos días una grave crisis institucional sacudía a Perú. Al presidente Martín Vizcarra se la acusó de dar un golpe de Estado (la expresión mágica) por disolver el Congreso. Como el conflicto político no derivó en desórdenes en las calles el tema peruano salió rápidamente de las primeras planas de la prensa y los portales de noticias.
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