El expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter se recupera este martes de una operación para aliviar presión cerebral debido a un sangrado por caídas recientes, un procedimiento programado que se realizó sin contratiempos, informó la fundación que lleva su nombre.
Carter, de 95 años, “se recupera” en Atlanta tras una intervención realizada esta mañana “para aliviar la presión sobre su cerebro por un hematoma subdural. No hay complicaciones de la cirugía”, dijo el Centro Carter en un comunicado.
“Permanecerá en el hospital todo el tiempo que sea necesario en observación”, agregó, agradeciendo las múltiples muestras de apoyo al expresidente demócrata (1977-1981) y Nobel de la Paz.
En octubre, Carter había pasado ya tres días en el hospital después de sufrir una fractura pélvica. Semanas antes se había lastimado la cabeza al caerse en su casa, y había aparecido un día después como voluntario de Hábitat para la Humanidad con un ojo morado y un vendaje que cubría 14 puntos.
El exmandatario reveló en 2015 que tenía un cáncer de hígado que se había extendido al cerebro, pero al año siguiente anunció que su tratamiento había culminado con éxito. Muchos de sus parientes murieron por cáncer.
Carter, gobernador de Georgia, su estado natal, en 1970, llegó a la presidencia tras vencer a Gerald Ford en 1976.
Su mandato estuvo marcado por la firma en 1978 de los Acuerdos de Camp David bajo su mediación, que resultó en un tratado de paz entre Israel y Egipto, y el establecimiento de relaciones diplomáticas con Pekín.
Pero su gestión se vio empañada por la crisis de rehenes de 1979, cuando 52 estadounidenses estuvieron retenidos durante 444 días desde el 4 de noviembre en la embajada de Estados Unidos en Teherán. Su fracaso para rescatarlos contribuyó a su derrota en noviembre de 1980 contra el republicano Ronald Reagan, cuya fecha de toma de posesión el 20 de enero de 1981 coincidió con la liberación de los cautivos.
Otra dura crítica a Carter fue su manejo de la crisis petrolera de 1979-1980: las imágenes de filas de automóbiles esperando por gasolina en las estaciones de servicio estuvieron asociadas durante mucho tiempo a su presidencia.
– Un Nobel, dos Grammy –
Carter, que el 1 de octubre pasado se convirtió en el expresidente estadounidense más longevo al cumplir 95 años, es posiblemente más conocido por sus décadas de trabajo humanitario en todo el mundo desde que dejó la Casa Blanca.
Retirado de la política, en 1982 fundó junto con su esposa Rosalynn el Centro Carter, una plataforma para la resolución pacífica de conflictos y la asistencia para el desarrollo que lo llevó a misiones de observación electoral y mediación humanitaria en países desde Cuba hasta Corea del Norte y Etiopía.
En Nicaragua, el expresidente estadounidense es considerado una pieza clave para el derrocamiento de la dictadura de Anastasio Somoza y el triunfo de la Revolución Sandinista en 1979.
En 2002, sus esfuerzos le valieron el Premio Nobel de la Paz.
El expresidente también es miembro del Global Elders Group, un grupo de promoción de la paz creado por Nelson Mandela en 2007.
Pero sus galardones no se limitan al mundo de la política: en 2016, Carter se convirtió en dos veces ganador del Grammy al recibir el galardón en la categoría de Mejor álbum hablado por “Una vida completa. Reflexiones a los noventa”, una versión en audio de sus memorias.
En 2007 ya había recibido un Grammy por “Nuestros valores en peligro: la crisis moral de Estados Unidos”, otra versión de audio de un libro sobre sus opiniones políticas.
Carter es uno de los cuatro exmandatarios estadounidenses que están vivos, además de George W. Bush, Bill Clinton y Barack Obama.
AFP.