El hombre es el único ser humano que para comunicarse utiliza el lenguaje. Pero esto no quiere decir que el habla sea la única herramienta que utilizamos para comunicarnos, a menudo, realizamos muchos gestos que son tan elocuentes como muchas palabras.
Por Paloma Gónzalez / Ocio.Net
Los analizamos a continuación:
Cruzar los brazos
De todos los gestos que realizamos cuando nos enfrentamos a otra persona o a varias uno de los que más enfoques tiene es el acto de cruzar los brazos.
Es con mucha probabilidad el gesto más estereotipado, pero muchas veces nos da una visión errónea pues no se puede sacar del contexto en el que se realiza. En general, los brazos cruzados indican que la persona no quiere hablar, pero a veces es algo tan simple como que la persona tiene frío, por eso decimos que el contexto es muy importante a la hora de analizar los gestos.
No obstante, los brazos cruzados se asocian a una actitud negativa o defensiva. Si estamos hablando y nuestro interlocutor se cruza de brazos quiere decir que no nos está prestando mucha atención.
Mirar hacia abajo
No hay parte del cuerpo que mejor refleje las emociones que los ojos. Nuestra mirada habla mucho más de lo que creemos, y mucho más de lo que a veces nos gustaría, pues con frecuencia nos delata.
Lo malo de la mirada es que con frecuencia es uno de los gestos más espontáneos e involuntarios que hay. No lo podemos evitar.
Mirar hacia abajo tiene muchos significados, pero en la mayoría de los casos tiene un matiz de timidez, vergüenza o introspección. En otros casos, tiene que ver con la sumisión.
Golpear ligeramente los dedos
Otro de los gestos más reconocidos es el de golpear ligeramente los dedos contra una mesa u otra superficie.
Sin embargo, en China por ejemplo, este gesto forma parte de una tradición milenaria como es la de tomar el té. Y es que cuando les sirven el té, los chinos suelen golpear varias veces la mesa con los dedos en señal de agradecimiento.
Este es un ejemplo más de que debemos contextualizar la comunicación no verbal para evitar errores de comprensión.
Jugar con el pelo
Jugar con el pelo y tocárselo puede tener varios significados. Uno de ellos, el más obvio, es que puede indicar cierto nerviosismo en quien lo realiza.
Pero además también tiene que ver con la autoestima. En una época en la que se le da tanta importancia a lo estético, jugar con el pelo puede indicar cierto coqueteo o seguridad en uno mismo.
Una tercera acepción para este gesto indica concentración. Nos viene a la mente por ejemplo el momento antes de emprender una tarea complicada o que exige concentración y una mujer se recoger el pelo en una coleta para que no le moleste.
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