En la época en que la Unión Soviética existía, un prominente académico de ese país escribió lo siguiente en relación con el desarrollo y alcances de la física: “La fuente filosófica de desarrollo de la física contemporánea y de las ciencias naturales en su conjunto es el materialismo dialéctico. El carácter creador de la teoría marxista-leninista y de su elemento integrante, el materialismo dialéctico, lo refleja claramente el Programa del P.C. de la U.R.S.S. En él se subraya la gran importancia que en nuestra época tienen las investigaciones sobre los problemas filosóficos de las ciencias naturales, basadas en el materialismo dialéctico”.
Con base en postulados de ese tipo se enseñaban en el fenecido imperio soviético las distintas ramas del saber humano. Visión unilateral, sesgada, tendenciosa, falaz y asfixiante cuya única pretensión era maniatar la ciencia para mantenerla al servicio de la permanencia en el tiempo de un sistema de dominación política totalitario donde el individuo era inmisericordemente anulado en su condición humana en aras de preservar los intereses de la clase dominante enquistada en la estructura del Partido hegemónico. En otras palabras, la libre creación y divulgación del conocimiento nada importaba; lo primordial, era la imposición del socialismo, independientemente de que ello implicará negar y/o falsear descaradamente la realidad.
En Venezuela, décadas después de quedar demostrada la inviabilidad histórica y la insana crueldad de los regímenes socialistas, la oscuridad, el atraso y la estulticia continúan en su deleznable tarea de tratar de imponerse en el ámbito universitario, camuflándose para ello bajo el ropaje de discursos hipócritas sobre la participación. Las cosas son así cuando se evidencia la correspondencia entre lo que prevalecía en la Academia soviética y lo planteado, por ejemplo, en el denominado Plan Universitario de la Patria, donde se estipulan como objetivos, entre otros, los siguientes: …”Desarrollar en los estudiantes del sistema universitario los principios y valores del nuevo modelo productivo y su relación concreta con este (sic) (…) Fomentar un sistema de saberes revolucionario para la transformación de la sociedad (…) Desarrollar un sistema de saberes universitario, revolucionario (…) Impulsar un proceso de actualización académica de los contenidos de las Universidades tradicionales y su vinculación tanto en temas como en prácticas docentes con la realidad concreta del país (…) Adecuar y desarrollar los contenidos académicos universitarios con (…) el desarrollo adecuado de las actividades productivas proyectadas en el Plan de la Patria”. Dicho de otro modo, la pretensión de imponer, a troche y moche, un pensamiento único y aplastante, encaminado únicamente a ideologizar la educación universitaria para domeñarla y obligarla a servir a los intereses de quienes detentan hoy el poder en Venezuela.
En esas condiciones de imposición política, la sagrada misión de las universidades de trabajar en función de la búsqueda de la verdad y de afianzar los valores trascendentales del hombre, consagrada tanto en la Constitución Nacional como en la Ley de Universidades vigente, es imposible de realizarse, ya que estaría negada de antemano la creación de conocimiento producto del libre pensamiento. Por ello, los universitarios de verdad estamos obligados a defender la autonomía, en el entendido de que ella no se circunscribe tan sólo a la elección de nuestras autoridades, derecho inalienable para escoger un gobierno interno que goce de verdadera legitimidad y representatividad y que responda y preserve la institucionalidad, sino también porque la autonomía universitaria es el único mecanismo que garantiza que el saber independiente prevalezca por encima de cualesquiera bastardas consideraciones.
Vacilar en la defensa de la autonomía es entregar la universidad. ¡Que no caiga esa macula sobre nuestra conciencia! ¡Unidad es la consigna!
@luisbutto3