Ron Bergeron, alias “Alligator Ron”, ha dedicado gran parte de su vida a preservar los pantanos de los Everglades, en el sur de Florida, porque considera que si son destruidos la calidad de vida de los residentes de la zona cambiaría “dramáticamente”.
Por eso el conservacionista y empresario, quien nació en Nueva Orleans, Louisiana, y se crió en Davie, Florida, aboga por conservar estos humedales que cubren 11,000 millas cuadradas y son Patrimonio de la Humanidad, Reserva de la Biosfera y Área Natural Silvestre.
“Aproximadamente nueve millones de personas dependen de los Everglades para beber agua, uno de los recursos naturales más importantes para la existencia de la vida. El día que destruyamos los Everglades, la calidad de vida aquí, en el sur de Florida, cambiará dramáticamente”, dijo en una entrevista con el Nuevo Herald.
Además, está convencido de que la “salud” de los recursos naturales está directamente relacionada con el crecimiento futuro del estado y la generación de empleos, lo que enfatizó cuando en enero de este año el gobernador Ron DeSantis le pidió integrar la junta de gobierno del Distrito de Administración del Agua del Sur de la Florida, (SFWMD, por sus siglas en inglés).
“Alligator Ron” ayuda a esa agencia gubernamental a supervisar los recursos hídricos y la restauración del frágil ecosistema de los Everglades, proceso que considera uno de los “mayores proyectos de restauración en la historia del mundo”.
Su vida ha estado vinculada con esa zona desde niño cuando aprendió a amar al llamado “Río de grama” y al exótico medio ambiente del área.
“Mi abuelo me hizo conocer los Everglades cuando yo era niño, me llevó en un bote hidroplano. El paisaje, la vida silvestre, el olor de la naturaleza, se convirtió en gran parte de mi vida. Me enseñó la importancia del medio ambiente y la conservación. He pasado toda mi vida abogando por la importancia de preservar los Everglades”, relató.
Desde entonces se convirtió en un “Gladesman”, una persona apasionada del medio ambiente de los Everglades donde es considerado una leyenda y aprendió también a luchar con cocodrilos y capturar las enormes pitones que se han reproducido masivamente hasta transformarse en una grave amenaza para la fauna de los pantanos.
Explicó que la cultura tradicional del “Gladesman” y el deportista está relacionada con el deseo de proteger el medio ambiente mientras disfruta de todo lo que significa la vida al aire libre en contacto con la naturaleza.
Como parte de esa cultura, el conservacionista casado desde hace 20 años con Ali Waldam nacida en Cuba, recorre los Everglades grabando videos y tomando fotos a ciervos, cerdos, osos, linces, caimanes y a la pantera de Florida que está en peligro de extinción. Animales que, afirma, muchas personas ni siquiera saben que viven allí.
“Mis ojos han visto cosas que ninguna otra generación verá. Realmente soy la última generación en ver lo que mis padres y abuelo vieron. Hace años, quería filmar todo lo que existe en los Everglades (…) Me llevó varios años lograrlo. Ahora disfruto compartiendo el documental con el mundo. Mucha gente nunca ha visto la belleza del paisaje de Dios en los pantanos de los Everglades”, dijo el propietario de la empresa Bergeron Land Development.
El conservacionista, que reside en Parkland, Broward, espera que Dios lo mantenga “aquí el tiempo suficiente para salvar este hermoso hábitat”.
“Si podemos enviar a un hombre a la luna , tenemos el deber de salvar a los Everglades, tesoro de la humanidad”, dijo quien es también fundador del Bergeron Everglades Museum y de la Wildlife Foundation y fue uno de los cuatro finalistas en el galardón “Conservacionista del Año” en 2011” de la National Fish and Wildlife Foundation.
Fuente: El Nuevo Herald