El destino de Hart Island, el cementerio municipal más grande de EE.UU., que durante 150 años ha recibido los cuerpos que nadie reclama en Nueva York o los de los más pobres, dejará de tener un acceso restringido, luego de una ley firmada este miércoles por el alcalde Bill de Blasio.
La nueva legislación, propuesta por el concejal de origen dominicano Ydanis Rodríguez, estipula la transferencia de la jurisdicción de este camposanto del Departamento Penitenciario al Departamento de Parques, del que dependen el resto de los cementerios de Nueva York.
Debido a una antigua legislación colonial, Hart Island dependía del Departamento Penitenciario, lo que limitaba el acceso de visitantes a una vez al mes y siempre que los interesados lo hubieran solicitado con seis meses de antelación.
De acuerdo con la nueva ley, el Departamento de Parques deberá crear un plan para que continúe el acceso a la isla y facilitar ese proceso.
Las fosas del cementerio, que se encuentra situado en una isla del mismo nombre en el distrito del Bronx, las cavan presos con condenas menores de un año que navegan desde otra isla en el East River, Rikers Island, y que alberga el mayor complejo penitenciario de la ciudad.
De Blasio señaló al firmar el proyecto que la ciudad reconoce que el sistema actual para enterrar a los indigentes, no identificados o no reclamados presenta complicaciones para la familia y otros seres queridos y no es sostenible por más tiempo.
También convirtió en ley otra propuesta para crear una Oficina para Servicios Funerarios bajo la Administración de Recursos Humanos, con un nuevo enfoque hacia los entierros públicos que responda mejor a las necesidades de las familias y otros seres queridos.
Actualmente, esta agencia brinda asistencia económica a indigentes para sepelios que no superen un coste de 1.200 dólares “lo que no se acerca a un entierro en Nueva York, que es de unos 4.000 dólares” lo que les obliga a enterrar a sus seres queridos en Hart Island, dijo a Efe el concejal Rodríguez.
“Esta es una realidad que vive la ciudad”, indicó y agregó que se continuarán enterrando neoyorquinos en este cementerio público pero los familiares contarán con más ayuda para que tengan un sepelio digno.
Rodríguez, presidente del Comité de Transporte, señaló además que se trata de “un día histórico” para Nueva York porque los enterrados en el cementerio público más grande del país “finalmente recibirán justicia”.
“Se trata de dar respeto y dignidad a inmigrantes y neoyorquinos pobres que han pasado un proceso largo y a veces complicado para visitar a sus seres queridos”, indicó.
Recordó que por primera vez en 150 años la ciudad comenzará a elaborar un plan de transporte para permitir que el público visite cuando quiera Hart Island sin tener que rellenar formularios ni enseñar el carné de entidad, sin que se les requisen sus teléfonos y cámaras y sin tener que ser escoltados.
Hart Island fue cárcel durante la Guerra Civil y posteriormente un psiquiátrico y tuvo un uso militar, pero desde 1869 contiene el cementerio público más grande de EE.UU.
EFE