La tensión va en aumento entre Irán y los países europeos, que se reúnen el viernes en Viena para revisar la intensificación de las actividades nucleares de Teherán, que, después de que Washington decidiera imponerles sanciones, parece cada vez menos dispuesto a respetar sus compromisos.
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Representantes de Alemania, Reino Unido, Francia, China, Rusia e Irán se han dado cita en la capital austriaca, donde en 2015 firmaron un acuerdo histórico sobre el programa nuclear de Irán.
Pero la retirada unilateral de Estados Unidos de este acuerdo, considerado por el presidente Donald Trump demasiado flexible, dio inicio a un nuevo periodo de tensiones con Irán, al que Washington quiere presionar “al máximo”.
En este momento, las sanciones económicas establecidas por Trump asfixian la economía iraní y como respuesta, Teherán intenta esquivar desde mayo las reglas que enmarcan sus actividades nucleares.
Como resultado, la crispación ha ido en aumento con los países europeos, que pese a todo siguen creyendo en el tratado nuclear firmado hace cuatro años, y el encuentro de Viena se prevé complicado.
El jueves, Reino Unido, Francia y Alemania acusaron a Irán de estar desarrollando misiles balísticos con capacidad nuclear en una carta enviada al secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Las acciones de Irán son “incompatibles” con la resolución de la ONU que formalizó el acuerdo nuclear con Teherán de 2015, advirtieron los embajadores de esas potencias europeas.
El ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif, reaccionó en Twitter y dijo que la carta era “una mentira desesperada para disimular su miserable incompetencia en el cumplimiento del estricto mínimo de sus propias obligaciones”.
Si los tres países quieren tener “un mínimo de credibilidad mundial, pueden comenzar por ejercer su soberanía en vez de plegarse a las presiones estadounidenses”, agregó.
Los países europeos se apoyan sobre todo en imágenes difundidas en las “redes sociales” el 22 de abril de 2019, que muestran el ensayo de una nueva versión de misil balístico de medio alcance Shahab-3, según ellos capaz de transportar un arma nuclear.
– Riesgo de ruptura –
El mes pasado, la diplomacia europea mencionó por primera vez la posibilidad de activar un mecanismo incluido en el acuerdo de 2015 que podría significar el restablecimiento de las sanciones de la ONU.
Irán sobrepasa en este momento el volumen de uranio enriquecido, la tasa de enriquecimiento y la cantidad de agua pesada autorizados por la comunidad internacional. También moderniza sus centrifugadoras. Todo ello aumenta la presión de los países que aún se mantienen en el acuerdo.
“Las dos partes están inmersas en un ciclo de escalada, es difícil imaginar cómo va a terminar esto”, explica Ali Vaez, del instituto International Crisis Group.
“La acumulación de infracciones (por parte de Irán) corre el riesgo de provocar una ruptura”, corrobora François Nicoullaud, exembajador de Francia en Irán.
Además, y según un diplomático europeo, la decisión de activar el mecanismo de resolución de conflictos previsto en el acuerdo es muy delicada y podría significar “la pérdida de todo control” sobre la situación y sobre el programa iraní.
Por su parte, Irán amenaza con “reconsiderar seriamente” sus compromisos frente a la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) si este mecanismo se activa. La presencia en Irán de inspectores de la organización encargados del control de las actividades nucleares es uno de los puntos principales del acuerdo de 2015.
El diálogo con los responsables iraníes también se ve enturbiado por varios puntos de discordia: los muertos y detenidos en la represión de las manifestaciones en Irán a mediados de noviembre, los navíos petroleros confiscados por Teherán o los investigadores franceses presos en Irán.
El presidente iraní, Hasan Rohani, afirmó el miércoles que su país no estaba dispuesto a hablar con Estados Unidos hasta que no suspenda sus sanciones contra la República islámica.
Con información de AFP