Recuerdo aquellos tiempos no tan lejanos, cuando la MUD pretendía monopolizar sin ningún mérito, el vasto mundo opositor y los jefes de la alianza se preparaban para reunirse con el gobierno incluyendo al presidente Maduro. En esos días por las calles se escuchaban testimonios que señalaban a esos directivos como hipócritas que mientras hablaban ante los micrófonos de la prensa como si fuesen guerrilleros islámicos jactándose de haber derribado las Torres Gemelas… en secreto estaban asociados con funcionarios nacionales en pingues y descarados negocios.
Aclarado el panorama explico que en aquella oportunidad la MUD impidió, ejerciendo su veto en nuestro caso contra los grupos liberales, acercarnos siquiera a los sitios donde se escenificaban los diálogos entre el gobierno y la oposiciòn.
Los del veto me pareció que emulaban las hermanastras de Cenicienta cuando inútilmente intentaron las malas del célebre cuento invisibilizar a quien era mejor que ellas. Entre otros argumentos esgrimieron el absurdo de jurar que aquí no habían liberales y que los pocos existentes carecíamos de propuestas propias.
De esos diálogos convertidos en circo de arrogancia inútil, no recuerdo haber escuchado una sola solución a los tantos problemas que tenemos.
Duro pero es la verdad y en esas condiciones sobresalía el Secretario General de AD a quien se le podía aplicar aquello del tuerto en el reino de los ciegos… por aquellos días que insisto en señalar como “no tan lejanos”, todavía el autoproclamado no se había bajado los calzones… para que lo incluyeran en las listas de diputados.
Así las cosas la presidencia picó adelante y tomando la iniciativa se convocó una reunión en Miraflores… sin televisión… con el gobierno de anfitrión… y partidos de la oposiciòn vetados por la MUD… para conversar libremente.
En esa reunión muchos participantes desaprovecharon la ocasión… enfermos de polarización… al dedicar sus intervenciones a señalar problemas generalmente personales… conocidos hasta por las piedras… sin aportar alguna solución.
Hubo un asistente que lo recuerdo cuando señaló como criminales a los integrantes de la FANB… mención que al ser rebatida airadamente por el gobierno… ocasionó un vergonzoso retracto que el personaje escribió en un papelito… antes de abandonar la reunión.
Cuando me tocó el turno había pasado mucho tiempo y evité la pugna estéril prefiriendo explicar cómo veíamos los liberales la pugna política y el posible futuro del país a mediano plazo.
Al finalizar aquel maratón de bla, bla, bla… le agradecí a la Primera Dama el buen estado en que se encontraba el palacio… y ante la cara de sorpresa, furia o estupor de algunos compañeros presentes quienes obviamente se negaban a admitir lo que estaba a la vista… dije bien duro… “La estética es un valor”.
Recuerdo que en un papelito donde Cilia Flores tomaba notas vi la palabra “estética” subrayada. Yo no estaba imitando al espía James Bond, pillando nada en particular, sino que a diferencia del resto de los compañeros opositores asistentes, me despedí de todos los presentes… con apretón de manos… incluyendo ministros y militares del alto gobierno que se habían sentado en uno de los lados de la más larga mesa que recuerdo haber visto: Lo cortés no quita lo valiente… decía mi abuela.
Y estética es lo que se está haciendo con las calles y autopistas en las ciudades del país… eso no está mal… mucho menos en Navidad –los que protestan igual lo habrían hecho si el gobierno no hubiese puesto luces, adornos y pintura-… pero faltan cosas más importantes… no todo es circo… cuando hace falta el pan.
Feliz Navidad… Janucà… o lo que sea