El Real Madrid sobrevivió a la dureza del Coliseum Alfonso Pérez gracias a la actuación de Thibaut Courtois, que se erigió como el hombre clave de un equipo que ganó al Getafe (0-3) con numerosas intervenciones del portero belga que evitaron un pinchazo blanco.
Los hombres de Zinedine Zidane salieron vivos de un reto mayúsculo en uno de los estadios más incómodos de toda la Liga. Aunque hace siete años que el Getafe no mete mano al Real Madrid en el Coliseum, esta temporada, con el conjunto azulón más enchufado que nunca, se preveía un encuentro de barro.
Y es que el Getafe no cede ni un metro. Esa es la filosofía de un equipo de autor en el que José Bordalás ha dejado su firma. Cada balón cuenta. También cada metro, cada minuto, cada segundo. Cada lucha es una guerra en el Coliseum que el Real Madrid pudo perder. Courtois, lo evitó.
Desde el pitido inicial, el equipo de Bordalás presionó la salida del balón madridista sin dar un sólo respiro a los once elegidos por Zidane. Entre ellos, no estaba el uruguayo Fede Valverde, que podría haber dado más mordiente al centro del campo que Luka Modric. Tal vez el duelo exigía más músculo y recorrido y el Real Madrid lo pagó en la primera parte.
El Getafe, sin Jason Remeseiro, fuera por una gastroenteritis, utilizó al marroquí Fayçal Fajr como cuarto ‘perro de presa’ en el centro del campo. Junto a los incansables Nemanja Maksimovic, Mauro Arambarri y Marc Cucurella, apenas dejaron salir al Real Madrid de su zona de confort.
Arrinconados en su parcela del campo y sin pisar la zona del césped del Getafe, el cuadro madridista por lo menos aguantó 25 minutos sin recibir ocasiones. Entonces, en ese momento, comenzó la exhibición de Courtois, que dio el pistoletazo de salida a sus paradones con una mano milagrosa a un zambombazo de Arambarri desde el borde del área.
El carrusel continuó con una intervención a un disparo de Fajr y, sobre todo, con otra al charrúa Leandro Cabrera, que se encontró con el portero blanco después de un remate de cabeza impresionante que despejó como pudo el guardameta blanco.
Mientras, no había noticias del Real Madrid. Modric, Casemiro y Kroos, eran continuamente superados por el centro del campo del Getafe. Y, arriba, Isco, Benzema, y, sobre todo Bale, peleado cada dos por tres con Allan Nyom, no aportaban nada.
Al final, un golpe de fortuna, ayudó a un equipo que vagaba deprimido por el césped del Coliseum. Lo protagonizó David Soria, la otra cara de la moneda bajo los palos. En medio del asedio azulón, se marcó un gol en propia meta al intentar despejar un centro de Mendy. Ahí, prácticamente se acabó el partido.
Aunque en el inicio de la segunda parte el Getafe salió con ganas a por el empate, pronto recibió otro golpe directo a la zona de flotación. Varane, que incordió bien a Soria en el primer gol, firmó el segundo con un cabezazo tras una falta lanzada por Toni Kroos. El VAR generó un poco de incertidumbre, pero el tanto subió al marcador y hundió del todo al Getafe.
Con más de media hora por delante, la suerte estaba echada. Bordalás intentó sortear la derrota con Jorge Molina para sumar tres delanteros sobre el campo, pero no pudo ser. Ya no acumuló las ocasiones de la primera parte y Courtois no tuvo que intervenir más.
El portero belga hizo bien su trabajo al principio y fue determinante. Sin sus paradas, el Real Madrid podría haber sufrido los rigores del Coliseum. Con ellas, salió victorioso de un campo muy difícil y volvió a la senda de la victoria tras encadenar tres empates consecutivos.
Courtois, sin duda, dio aire a un equipo que venció pero no convenció y que tiene que analizar los problemas de algunos de sus jugadores delante de la portería: Gareth Bale y Vinícius Júnior fallaron lo infallable al final. Modric, sí acertó en el tiempo añadido para cerrar un 0-3 engañoso.
EFE