Las autoridades iraníes aconsejaron este domingo a Estados Unidos que retire sus tropas de Oriente Medio tras el asesinato del comandante de la Fuerza Quds Qasem Soleimaní, que han prometido vengar.
“Ha comenzado el fin de la presencia maligna de los Estados Unidos en Asia Occidental”, escribió en Twitter el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, quien acusó asimismo a Washington de cometer “graves infracciones de la ley internacional con los cobardes asesinatos del viernes”.
Soleimaní falleció el pasado viernes cerca de Bagdad en un bombardeo selectivo de EE. UU., que también acabó con la vida del vicepresidente de la milicia chií iraquí Multitud Popular, Abu Mahdi al Mohandes, y de otros miembros de este grupo.
Esta acción, según el presidente del Parlamento iraní, Alí Lariyaní, “ha puesto en peligro la seguridad de la región y la vida de los estadounidenses presentes en esta vasta región”.
“¡Antes que nada, será mejor que se aferren a sus sombreros y corran!”, dijo Lariyaní en una sesión del Parlamento hoy, día en el que comenzaron los funerales de Soleimaní en Irán.
Lariyaní también consideró “infundada” la declaración de EE. UU. de que mataron a Soleimaní porque el comandante estaba preparando ataques contra las fuerzas estadounidenses en Siria, el Líbano e Irak.
“El pueblo estadounidense y la Cámara de Representantes deben saber que el reclamo del presidente de EE. UU. es una mentira para arrastrar una guerra y un crimen terrorista”, agregó.
El comandante de la Fuerza Quds estaba encargado de las operaciones fuera de Irán de los Guardianes de la Revolución, por lo que era habitual su presencia sobre el terreno en Siria y en Irak, supervisando a las milicias respaldadas por Teherán en ambos países árabes.
El máximo responsable de los Guardianes, Hosein Salamí, también auguró anoche que la retirada de las fuerzas estadounidenses de la región está cerca.
“El asesinato del general Soleimani es un punto de inflexión que pondrá fin a la presencia de EE. UU. en la región (…), todos verán que esto sucederá en el futuro”, insistió.
En Irak, la presión ha aumentado ya contra las tropas estadounidenses con el lanzamiento de varios proyectiles ayer a la base militar de Al Balad, al norte de Bagdad, donde hay presencia de estas fuerzas.
Por su parte, Kata’ib Hizbulá, parte de las milicias chiíes iraquíes Multitud Popular, respaldadas por Irán, han llamado a las fuerzas locales a alejarse de las bases estadounidenses a partir de este domingo.
En el marco de esta escalada de la tensión, la OTAN ha decidido suspender “temporalmente” sus actividades de entrenamiento del ejército y las fuerzas de seguridad iraquíes.
Pese a todo esto, según los medios estadounidenses, Washington ha empezado a enviar entre 3.000 y 3.500 soldados a Oriente Medio, donde ya hay desplegados entre 60.000 y 70.000.
EFE