Descalzos, vestidos de Nazareno, con medallitas antiguas y oraciones de rodillas, los devotos de la Divina Pastora se preparan para pagar promesas pendientes con la Pastora de Almas. Poco a poco los creyentes se van acercando hasta Santa Rosa, para comenzar a demostrar su fe.
Para Yasmín Villabona la promesa que paga es eterna, pues le agradece su vida a la Divina Pastora. “Fui secuestrada, golpeada y perdí mi visión del ojo derecho. El día del hecho les dije a los secuestradores que me dejaran en Santa Rosa. Mi única petición era recuperar mi vista para observar a mi virgen de nuevo. Con mucha fe aquí estoy sana, salva y con mi vista perfecta, viendo a mi Pastora”, aseguró.
Para Consuelo Graterón el pago también es por salud. “Tengo una vértebra quebrada. Por más que me han operado no he podido volver a caminar sin andadera. Esa es la promesa que pagaré este año, porque sé que muy pronto volveré a caminar de mi casa a la parada que son 6 cuadras, como antes lo hacía”.