Cuando los bombarderos sigilosos B-2 Spirit atacaron a Serbia en la noche de apertura de la Operación Fuerza Aliada en 1999, destruyeron las defensas aéreas iraquíes durante “Shock and Awe” en 2003, o cuando eliminaron la fuerza de combate libia en 2011; los ataques fueron guiados por pilotos altamente especializados en tácticas sigilosas.
Por Kris Osborn | The National Interest
Teniendo en cuenta los peligros de este tipo de misiones, como volar sobre el fuego de las defensas aéreas enemigas, enfrentar la posibilidad de ataques aéreos y prepararse para la guerra electrónica en territorio hostil, los pilotos B-2 deben estar preparados. Por esta razón, la Fuerza Aérea está trabajando para garantizar que los pilotos estén listos para aprovechar al máximo la tecnología de orientación digital mejorada.
“Nos preparamos y entrenamos todos los días en caso de que nos llamen mañana”, dijo la teniente coronel Nicola Polidor, comandante del destacamento 5 del 29º Escuadrón de Sistemas de Entrenamiento, a Warrior en una entrevista.
Mientras realizan misiones, los pilotos B-2 necesitan mantener la ruta de vuelo correcta, alinearse con inteligencia específica y cargar y preparar armas, todo mientras manejan una cabina digital para controlar una amplia gama de variables adicionales a la vez. Polidor, que entrena a futuros pilotos B-2 en la Base de la Fuerza Aérea Whiteman en Missouri, dice que los aprendices de pilotos de la Fuerza Aérea se han adaptado bien para aprender una cantidad aparentemente abrumadora de información nueva.
“El mayor desafío para los pilotos es poder manejar el vuelo durante largos períodos al mismo tiempo que administrar un paquete de comunicaciones y un paquete de armas robusto”, dijo Polidor.
Polidor es solo la décima piloto femenina del B-2 en la historia.
La capacitación se divide en una fase académica y una fase de vuelo, con la capacitación en el aula como primer paso. Los alumnos, explicó Polidor, suelen pasar unos dos meses trabajando en un simulador, antes de tomar su primer vuelo.
“El instructor está en un asiento, enseñando al aprendiz cómo operar en vuelo desde el otro asiento. Puede volar desde cualquier asiento y controlar todas las facetas de la aeronave. Ambos asientos tienen una cabina con pantalla de vidrio frente a ellos y ambos asientos tienen el mando delante de ellos”, dijo Polidor.
El control de la aeronave es manejado cuidadosamente por ambos miembros de la tripulación. Para cambiar las operaciones del piloto de una a otra, la tripulación sigue un protocolo específico. El piloto que recibe el control dice “Tengo el avión”, y el piloto que pasa el control dice “Roger, tienes el avión”.
“En cualquier momento se entiende quién está al mando. El piloto instructor tendrá las manos sobre los controles, sin mover nada … en caso de que el alumno tenga un problema”, dijo Polidor.
Parte de la cabina de cristal en frente del piloto es una de las ocho pantallas que permiten a los pilotos verificar la hidráulica, la electrónica, los controles de vuelo, las condiciones ambientales y el conjunto de armas.
“Es como una computadora voladora. Ingresas texto en la computadora. Podemos ingresar la presión, la velocidad del aire o el objetivo de un arma desde ese panel y enviarlo”, dijo Polidor. “Tenemos piloto automático como un avión comercial. Podemos mantener la altitud sin tener que ingresar al sistema informático”.
A pesar de volar en misiones de más de 40 horas, los pilotos no tienen cama ni refrigerador, solo dos asientos en una pequeña cabina y una pequeña área detrás de ellos aproximadamente del mismo ancho que el asiento. La comida de los pilotos, dijo Polidor, deben ser artículos no perecederos.
“A veces podemos traer un pequeño colchón inflable, ponerlo en el piso y tomar una siesta”, dijo. “Es lo suficientemente grande para alguien que mide cinco pies, pero no lo suficiente para personas más altas.
Sobre todo, los pilotos B-2 se centran en “estar listos”, ya que a menudo son los primeros en atacar en conflictos de alta intensidad. Un interesante estudio del Instituto Mitchell para Estudios Aeroespaciales, titulado “Construyendo las necesidades futuras de la fuerza de bombarderos de América; The Bombber Re-Vector”, señala un reciente ataque B-2 contra terroristas de ISIS en Libia.
“El 19 de enero de 2017, dos B-2 que volaban desde Whiteman AFB, Missouri, lanzaron docenas de municiones de precisión en un campo de entrenamiento del Estado Islámico en Libia. Esta misión de 33 horas nuevamente mostró la capacidad de respuesta, el alcance y la flexibilidad de la fuerza de bombarderos”, afirma el estudio, escrito por el teniente general David Deptula y Douglas Birkey.
Deptula, que participó en la planificación y preparación de la Operación Libertad Iraquí, habló con Warrior sobre la importancia de la zona de guerra del B-2.
“El B-2 es uno de los aviones más innovadores jamás construido… y uno de los más rentables. Un B-2 puede dar un golpe equivalente a un ala aérea completa de portaaviones, a varios órdenes de magnitud, con menos costo operativo y personal”, dijo Deptula.