La invitación de Donald Trump a Juan Guaidó a presenciar in situ su discurso del Estado de la Nación simboliza un espaldarazo de talla mayor al presidente encargado de Venezuela antes de retornar a su país para continuar su lucha por un cambio político, coinciden analistas políticos consultados por la Voz de América.
Por Gustavo Ocando Alex / voanoticias.com
Pedro Urruchurtu, politólogo venezolano, valora la convocatoria de la Casa Blanca como “una bocanada de aire fresco” para Guaidó en los días terminales de su gira por Europa y América antes de retomar su rol dentro de Venezuela.
Contextualiza la presencia de Guaidó en el discurso presidencial recordando que Estados Unidos es su principal aliado y el principal baluarte en su reconocimiento internacional como presidente encargado de Venezuela.
“Implica un reconocimiento. Comparte espacio en el palco presidencial con la primera dama, Melania Trump. Eso es obviamente muy importante”, remarca.
Dice que la asistencia de Guaidó elimina de raíz la posibilidad de que su gira internacional quedase huérfana de un apoyo mayúsculo de parte de Washington y, a su vez, ayuda a espantar la polémica generada por los comentarios hacia Cuba durante su visita a Canadá.
Cree que es “la primera señal oficial” de parte del gobierno estadounidense hacia Guaidó, a pesar de sus encuentros recientes con Mike Pompeo, secretario de Estado, en Colombia, y con James Story, embajador de Estados Unidos en Venezuela, en Miami, Florida.
“Esta foto y este encuentro permiten no solamente darle una posición de mayor fuerza a Guaidó, sino que también representa un equilibrio de la gira”, destaca.
El encuentro de Guaidó y Trump en el discurso presidencial anual, considerado uno de los eventos políticos más relevantes cada año en Estados Unidos, envía un mensaje a los venezolanos de que no están solos en su lucha contra el madurismo, a juicio de Urruchurtu.
“Eso no significa que Estados Unidos no tenga críticas y dudas con respecto a Guaidó, pero al final es su apuesta para lograr una transición”, comenta.
También opina que Guaidó regresará a Venezuela ungido con la responsabilidad de asumir un discurso aún más frontal contra Maduro, en el que, acota el experto, no bastarán las palabras, ni menciones de diálogo con el chavismo en la víspera de elecciones.
“Esta gira no podía completarse sin los Estados Unidos. El efecto de esa invitación a lo interno de Venezuela tendrá que ver mucho no solo con los términos discursivos de Trump, sino también en lo que esta visita a Washington se traduzca en acciones”, opina.
Urruchurtu considera que las acciones concretas que se desprendan del encuentro entre Guaidó y el stablishment estadounidense serán las que hagan o no creíbles una amenaza al madurismo para forzar elecciones limpias y un cambio político en el país suramericano.
Destaca la presencia en el Congreso estadounidense, también, de Iván Simonovis, comisionado especial de Guaidó en asuntos de seguridad e inteligencia. Lo juzga como un guiño a la línea dura de la oposición venezolana.
“Queda claro que EEUU no va a aceptar falsos diálogos ni falsas elecciones. Y eso tiene que ver con que hayan invitado a Simonovis, que representa también a la línea dura del ala de Guaidó y que ha apelado al uso de la fuerza”, complementa.
“Espaldarazo sin discusión directa”
Guillermo Tell Aveledo, politólogo y doctor en ciencias políticas de la Universidad Central de Venezuela, sopesa la presencia de Guaidó en el Estado de la Nación como “importante y significativa”, pero matiza su impacto real.
Subraya que el presidente de la Asamblea Nacional venezolana no interactuará con Trump de la manera que se esperaba: conversando durante minutos en un escenario icónico, como la Sala Oval o algún otro espacio de la Casa Blanca.
“No es una interacción donde haya comunicación entre ambos. Sí, es un espaldarazo, es simbólicamente importante, pero no llega al nivel de discusión de política directa. Eso será blanco de crítica” a lo interno de Venezuela, reflexiona Tell Aveledo, con la Voz de América.
El analista cree que el anuncio a última hora de la asistencia de Guaidó al Estado de la Nación es parte de la estrategia habitual de la administración Trump, que busca generar maximizar su impacto en la prensa internacional, a su juicio.
Juzga, eso sí, que el presidente Trump demuestra su apuesta total al liderazgo de Guaidó.
“Una visita a la Casa Blanca es más importante, pero la otra (la invitación al Estado de la Nación) tiene mayor presencia mediática y eso, dado el estilo de Trump, es lógico”, indica.
Recuerda que el Estado de la Nación ocurre en un contexto interno “problemático y conflictivo” para la política estadounidense, dado el proceso de impeachment y la inminencia de elecciones presidenciales.
Tell Aveledo advierte que tal contexto pudiera condicionar los respaldos públicos de los demócratas, adversarios de Trump, hacia Juan Guaidó.
La guinda de la torta
Luis Salamanca, politólogo y abogado, aprecia la invitación de Trump a Guaidó como una valoración positiva del trabajo político del líder parlamentario venezolano.
“Le da un nuevo espaldarazo. Le está diciendo: ‘nosotros como ejecutivo de este país, estamos contigo, la Casa Blanca está contigo’”, evalúa en conversación con la Voz de América.
Salamanca acota que la inexistencia de una fotografía o un encuentro entre Trump y Guaidó antes del discurso del Estado de la Nación no significa la erosión del apoyo estadounidense a la causa venezolana contemporánea.
“Lo invita a su acto más importante como presidente de Estados Unidos. Es la guinda de la torta. Es la parte estelar de la gira de Guaidó. Cierras con el poder político más importante del globo terráqueo”, pormenoriza.
El analista político menciona que la invitación a Guaidó debe verse, además, como un intento de la administración Trump de agradar al elector latino de cara a las presidenciales.
Salamanca considera que la gira internacional de Guaidó, como muy puntualmente su presencia en el discurso del Estado de la Nación en Washington, busca reanimar al pueblo venezolano en su lucha por un cambio político, que pudo cansarse o frustrarse, advierte.
Ve a Guaidó, tras los eventos de su periplo por Europa y América, investido con la responsabilidad de unificar a la oposición en su camino a las parlamentarias de este año.
“El venezolano está esperando la oportunidad política para actuar, para votar libremente y resolver este problema político, aunque a sabiendas de que él solo no puede”, concluye.