Danielle Baskin, una diseñadora de San Francisco, está experimentando con un producto que ha captado la atención en momentos en que el coronavirus amenaza la salub pública en el mundo.
Se trata de una mascarilla facial que es hecha a la imagen y semejanza del usuario.
” Hice este servicio que imprime tu rostro en una máscara N95, para que pueda proteger a las personas de las epidemias virales y al mismo tiempo poder desbloquear su teléfono”, explicó en Twitter junto a un link a una página web donde explica los detalles.
Ella asegura que no está pensando aún sacar este producto al mercado pero que hay una lista de espera.
To all those inquiring: No, I don't have plans to produce these *during* the global mask shortage. There's a waitlist and no launch date.
Does anyone have a recommendation on how someone eager to drop cash on a novelty mask can help? An organization that donates supplies?
— Danielle Baskin (@djbaskin) February 16, 2020
“Si te gusta el capitalismo de etapa avanzada, las máscaras respiradoras y reconocimiento facial se venderán por $ 40 cada mascarilla. Todavía están en desarrollo. No haremos esto mientras haya una escasez global de mascarillas”. alegan.
En las preguntas sobre el producto resalta esta y la respuesta: “¿Esto es una broma? Sí. No. No estamos seguros. Los virus no son una broma. Lávate las manos cuando puedas. Y vacúnate cuando puedas”.
No es el primer producto que Baskin crea bajo su marca “Resting Risk Face” que se describe como “una firma de diseño en San Francisco que fabrica productos distópicos de moda”. La distopía es según la RAE “una “representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana”.