Comer arepas es cada vez más cuesta arriba para los guaros, quienes deben disponer de más de 80 mil bolívares para poder adquirir un kilo de harina de maíz precocida.
Por Daimar Díaz | LA PRENSA de Lara
La semana cerrará con un alto costo en este producto, ya que en bodegones del oeste marcas recocidas como la PAN, se cotiza en 100 mil bolívares, mientras que en abastos y supermercados del centro este mismo artículo contempla un valor de entre 85 y 90 mil bolívares, obligando a los padres de familia a tener que reducir el tamaño de las arepas para que pueda rendir el rubro.
“Hago el sacrificio de comprar la harina, pero me toca reducirle el tamaño a las arepas y para que me pueda rendir por lo menos para el desayuno y la cena”, manifestó Ramona Castillo.
Comerse dos arepitas o acompañar cualquier comida con ellas, se ha vuelto un lujo, ya que la inflación ha golpeado con mayor fuerza las harinas existentes en el mercado, y aunque los anaqueles están repletos de variedad de marcas, resulta complicado comprar alguna de ellas.
“Estamos acostumbrados a cenar con arepa, pero el precio tan alto que tiene nos hace pensar hasta tres veces antes de comprarla”, aseveró Roberto Palma.
Buscan rendirla
Alicia es una ama de casa que se encontraba haciendo sus compras, y al ver el alto precio con que estaban marcadas las harinas de maíz, dudó poder comprarlas, sin embargo comentó que por sus hijos no le quedaba otra alternativa que llevar el producto, pero que le tocaría usar otro rubro para rendirla.
“Ya no se puede comer arepas todos los días porque el sueldo no alcanza para comprar una harina todos los días, toca rendirla comiendo algunos días yuca o plátano para que la harina logre durar al menos dos días”, relató Alicia Silva.
Los guaros se sienten contra las cuerdas mientras este producto siga aumentan sin ningún tipo de control.
Lo miran con recelo en fruteras
El resuelve de las ensaladas o acompañante para los desayunos y cenas, se ha vuelto imposible de comprar, pues el kilo de aguacate se ubica entre los 140 y 160 mil bolívares.
Larenses aseguran que compran uno cuando mucho para rellenar las arepas de la cena, pues con ese precio es imposible comprar un kilo.
“Antes preparaba ensaladas todo los días ahora lo hago una vez a la semana, porque el aguacate está muy caro”, aseveró Leida López.
Comerciantes comentan que han tenido que reducir el número de kilos que compraban para comercializarlos, pues muy pocos son los que hacen el sacrificio de comprar aguacates y estos se les pueden podrir.
“Antes pedía entre 20 a 30 kilos de aguacate, pero como hay que venderlos caros la gente no lo lleva y para no tener pérdidas prefiero pedir 10 kilos como máximo”, comentó Honorio Ríos.
Mientras que en fruteras optan por la opción de exhibirlos verdes por si tardan en ser vendidos estos no se dañen por su tiempo en el comercio.