Un niño de 12 años manejaba las llaves de una penitenciaría rural en Bolivia cuyo encargado era su padre, sobre quien pesaban constantes quejas por abandono de funciones, informó este viernes una fuente oficial.
El delegado de la Defensoría del Pueblo de la región de Chuquisaca, Edwin Martínez, confirmó a Efe que el adolescente abrió las puertas de la cárcel de la localidad de Zudañez a una comisión de esa institución que visitó el recinto.
Aquella visita, efectuada el mes pasado, buscaba canalizar el descontento de la población carcelaria tras los reclamos de un grupo de reclusos que apuntaban a la labor del alcaide y el abandono de funciones que hacía en ese sitio.
En esa penitenciaría “hay presos preventivos y con sentencia” por distintos delitos, contó Martínez.
“En esa visita no hemos encontrado (al alcaide) en su fuente de trabajo y reitero en ese momento el niño tenía las llaves y él nos ha hecho ingresar”, complementó el funcionario.
El menor que portaba las llaves del recinto resultó ser el hijo del máximo encargado de seguridad según una indagación que hizo la Defensoría del Pueblo, que no estableció aún el tiempo ni las veces que el menor administró el ingreso o salida a ese penal rural.
El abandono de funciones del alcaide fue confirmado por las autoridades nacionales de penitenciaría que reportaron que el alcaide tenía “problemas de salud” que explicaban sus ausencias.
Martínez recriminó que “no es responsable” haber dejado al menor a cargo del ingreso al penal a pesar de “cualquier excusa que puedan dar” y menos cuando una persona adulta tiene una “función delicada” como el resguardo de una cárcel.
Según la Dirección General de Régimen Penitenciario, hasta diciembre de 2019 en Bolivia existían 18.208 personas privadas de libertad.
Las prisiones en Bolivia padecen en muchos casos problemas de hacinamiento, con episodios violentos en algunas de ellas.
EFE