Mientras ofrecía sus condolencias por la primera muerte en la ciudad de Nueva York debido al coronavirus, el alcalde Bill De Blasio también utilizó una aparición en televisión el sábado por la mañana para defender su negativa a cerrar las escuelas para detener la propagación del virus, y criticó la respuesta federal a la pandemia.
De Blasio calificó la muerte de una mujer de 82 años de COVID-19 como “trágica”, y dijo que se enteró de que había muerto justo antes de aparecer en “AM Joy” en MSNBC. Dijo que su caso había estado en su radar.
No dijo qué hospital o distrito, pero el presidente del Concejo Municipal, Corey Johnson, tuiteó más tarde que la mujer murió en Manhattan.
De Blasio criticó duramente al gobierno federal por su lenta respuesta al brote viral. Más allá de los retrasos bien publicitados para llevar kits de prueba a ciudades y estados, dijo que los recursos como ventiladores, máscaras y otros equipos de protección no están fluyendo hacia donde se necesitan.
Llamó a la “nacionalización de las fábricas que pueden producir los suministros médicos que necesitamos”.
“Estamos en un escenario de guerra con una actitud de Mar-a-Lago utilizada por el gobierno federal”, dijo de Blasio al anfitrión Joy Reed. “¡Es tan relajado!”
Cuando se le preguntó si la ciudad podría comenzar a comprar la prueba de la Organización Mundial de la Salud, que el gobierno federal rechazó, de Blasio dijo: “si es legal de acuerdo con la ley federal y podemos hacerlo, lo haremos”.
El alcalde se mantuvo decidido a mantener abiertas las escuelas a pesar de las fuertes críticas y la caída de la asistencia. “Estamos preocupados por un efecto en cascada si cerramos las escuelas”, dijo. Si las escuelas cierran, el metro y, lo que es más importante, los hospitales podrían verse afectados negativamente porque los trabajadores de la salud y los trabajadores de tránsito tendrían que quedarse en casa con sus hijos.
También señaló que cientos de miles de adolescentes quedarían sin supervisión durante todo el día si las escuelas cerraran, y agregó que es poco probable que 1 millón de estudiantes en el sistema de la ciudad “permanezcan en sus habitaciones”.