El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, decretó este lunes la prohibición de entrada de extranjeros y la suspensión de clases en todos los centros educativos para contener la propagación del nuevo coronavirus, que registra 41 contagios en el país.
El mandatario también firmó un decreto que declara el estado de emergencia, que permite al gobierno agilizar la movilización de recursos para atender la emergencia por el COVID-19.
“Adoptamos estas medidas para protegernos, es tiempo de unirnos como país para salir adelante”, declaró Alvarado en conferencia de prensa junto a miembros de su gabinete.
La suspensión de entrada al país para extranjeros regirá desde la medianoche del miércoles hasta el final del día 12 de abril, y rige para quienes ingresen por aire, tierra y mar.
Los costarricenses y extranjeros residentes en el país podrán ingresar, pero deberán realizar un aislamiento preventivo por 14 días.
La medida es un golpe para el país centroamericano, cuya economía depende en gran parte del turismo y recibe a unos tres millones de visitantes extranjeros cada año.
El mandatario anunció también la suspensión de lecciones en centros educativos públicos y privados a partir del 17 de marzo, con una vuelta a clase prevista para el 13 de abril.
El calendario escolar fue extendido al 23 de diciembre para compensar el tiempo de suspensión.
“Estas medidas buscan, con toda responsabilidad, que no se transmita el virus en poco tiempo”, dijo el ministro de Salud, Daniel Salas. “No vamos a detener el virus, queremos reducir su propagación”, agregó.
El ministro ordenó la víspera el cierre de bares, discotecas y casinos, mientras que los restaurantes y salas de cine podrán operar a un tope de 50% de su capacidad.
En tanto, la dirigencia deportiva estudia la suspensión del campeonato de fútbol, que se realiza actualmente a puerta cerrada como parte de las acciones para evitar aglomeraciones.
De los 41 casos de coronavirus en Costa Rica, seis corresponden a extranjeros.
AFP