Llámelo Coronavirus, Corvid-19 o Virus Chino, da igual, lo cierto es que se llevó a señoras humiles y a ejecutivos bancarios por igual, afectó a la gente sencilla y también a los más pudientes; afectó a países pobres y sacudió a la Unión Europea y a EEUU. Nos obligó a encerrarnos en nuestras casas, y nos enseñó a vivir con miedo, hasta del aire que respiramos.
Lo anterior nos tiene que dejar una gran lección: Somos una misma especie y tenemos un solo planeta. La civilización debe dejar atrás la errónea creencia de que puede desentenderse de los problemas que azotan a los países más pobres, es imperativo descartar la idea de que puede abandonar a su suerte a los pueblos secuestrados por el autoritarismo. Sucede que en realidad formamos parte de un “Todo” interconectado a cada parte del mundo, y que al final las consecuencias de tantas omisiones cómodas, políticamente correctas y “pragmáticas”, tardan en llegar, pero llegan, y lo hacen de forma cruda e inmisericorde.
Miles de personas en Europa y el mundo han muerto victimas del comunismo chino. ¡Vaya ironía! Al final la negligencia, la maldad y la censura comunista llegaron a las calles del llamado “Primer mundo” cobrándose la vida de los inocentes, como durante décadas lo ha estado haciendo entre el gentilicio chino ante la indiferencia e incluso complicidad de los países “civilizados”. No confundamos, los chinos no son culpables de la propagación del virus, los culpables son los comunistas chinos, una élite, un grupito aferrado al poder a costa del sufrimiento de millones de ciudadanos como el Dr. Li Wenliang, que murió enfrentando la censura roja, denunciando el verdadero peligro de ese virus. Incluso, si vemos más allá, encontraremos que los verdaderos culpables de la propagación del virus son aquellos que han sido tolerantes con el comunismo; esos politiquillos de mantequilla adictos a la corrección política y al mal llamado “pragmatismo”.
Sí, es una opinión “políticamente incorrecta”, y no faltará quien nos tilde de “Ultra”, pero la verdad sea dicha: Quienes censuran rabiosamente una esvástica, pero toleran desfachatadamente las remeras con la cara del Ché Guevara, y la existencia de partidos comunistas a lo largo y ancho del mundo, no solo están pecando de incoherentes, sino que también pueden considerarse coautores de esta pandemia.
Mientras exista el comunismo, la humanidad estará en peligro.
¡Dios bendiga a Venezuela!
@VJimenezUres