La difícil situación de los pacientes de más edad en una residencia de ancianos en el norte de Portugal ha llevado al Gobierno luso a enviar al Ejército para evitar lo que su desesperado personal teme pueda convertirse en un desastre.
“Queremos ayuda. Queremos hacerles la prueba (de detección del COVID-19)”, gritaba un trabajador de la residencia Nossa Senhora das Dores en Vila Real el martes.
El alcalde de la ciudad, Rui Santos, dijo a periodistas que había pedido apoyo urgente al Gobierno para evacuar la residencia.
La mayoría de los residentes han dado positivo por el virus y otros están esperando los resultados. Tan pronto como todos sean evacuados, los soldados desinfectarán las instalaciones, sostuvo Santos.
Los trabajadores temen una situación similar a la de España, donde soldados enviados a desinfectar las residencias de ancianos encontraron a pacientes muertos en sus camas.
“Nuestras residencias no tenían recursos ni personal suficientes antes de que todo esto sucediera”, dijo a Reuters Rui Fontes, presidente de una asociación de formación de empleados de residencias de ancianos. “Le apuesto a que pronto encontraremos cuerpos en nuestras residencias también”.
Portugal ha registrado 4.268 casos confirmados del coronavirus hasta ahora y 76 muertos. Al menos ocho residencias han sufrido casos en residentes y trabajadores, así como varias muertes, principalmente en el norte. Reuters