El poder político socialista-militarista, ignaro y desnudo ante la pandemia, con sevicia y vileza trata de hacer el control de daños debido a su incpacidad y cerro de mentiras, instrumentando junto a la morisqueta militarista una guerra psicológica para apabullar a los venezolanos en la cuarentena. Protagonismo inmoral, que intenta erosionar al civismo del ciudadano, que cívicamente soporta la cuarentena impuesta por el Estado Cuartel. Se vuelve a equivocar el régimen, ya que la ciudadanía ha descubierto su Protagonismo y Ventajismo como régimen asustado e incapaz, mediante la aplicación de una guerra psicológica vulgar, perversa, que atemoriza y tensiona al ciudadano, para que se olviden que como gobierno no fue capaz de dotar los hospitales, proveer las medicinas y todos los servicios sanitarios que requieren la ciudadanía y que no posee porque no hay gobierno… lo que sí hay es una mafia con muchos negocios.
El régimen aturdido, no obstante su guerra psicológica a diario, otea que la venezolanidad le reclama de manera silente, pero contundentemente, democracia. Democracia aún en la cuarentena inhumana y desesperante, en la que pareciera que este militarismo fracasado intenta acuartelar a toda la sociedad venezolana. El régimen aturdido no sabe de la ciencia, no entiende que ésta es un faro cierto para proteger a los enfermos, como igualmente lo es la Constitución para que se mantenga un sendero político, participativo y democrático. La cuarentena, el protagonismo y la guerra psicológica que mantiene el régimen pareciera un espacio de invernadero para hacer crece el temor y la lejanía de la democracia, pero se equivoca, el civismo y la sociedad venezolana no se tragan la propaganda de payasos, la violencia política y el abuso atrabiliario del régimen.
La sociedad venezolana, hoy en cuarentena, piensa en democracia y lo que la misma significa. Rechaza abiertamente el primitivismo a diario, insolente, que persigue y maltrata, que emplea las bocas de fuego para conseguir un sometimiento que jamás logrará. Ni siquiera el Estado Cuartel primitivo, ideologizada e instrumentado por un bestiario apartado del civismo, del sentido de la libertad. Esta fortaleza se enfrenta al bestiario que genera pánico, elude la propaganda y el control brutal de la nación militarizada y está en cuenta del fracaso del Estado Cuartel. Estado Cuartel como regresión política que riega amenaza, violencia y pánico, es decir: Protagonismo Obligado Marxista impuesto de un régimen mentiroso que se ha adueñado de los medios, y se imagina que desde esta manera impondrá al finalizar la cuarenta un régimen despreciado por crear hambre, dolor e indignación en el venezolano.
¡Continúan equivocados los operadores que aturden a los venezolanos! No son capaces de aceptar que los demócratas somos la mayoría y desde esa mayoría, ya se censura ese protagonismo ridículo que asquea a un régimen con mucha propaga nada, pero poca ciencia, mucha propaganda pero cero eficiencia, y mucha propaganda en la cual se ahogan por ineptos e incapaces. Con propaganda jamás se resolverán las necesidades de los venezolanos y, mucho menos con una guerra de mentiras a diario que muestra una guerra psicológica falaz y retrógrada. Equivocadamente, dejan en claro que libran una guerra de la mentira, es decir, muestran su codicia y su ambición de su régimen en representación de un Estado Cuartel que, aprovechando, la cuarentena cree que puede cercar al civismo cierto del venezolano que ha crecido y lo mostrará en el inmediato futuro.
El civismo de esta ciudadana en cuarentena crece como expresión de rechazo silente de una futura organización democrática sólida, distante de la propaganda, esa propaganda que a diario aturde y pretende desanimar la responsabilidad fundamental de los demócratas, cuya voluntad es crecer para reponer la democracia. El civismo consciente confronta el vulgar, mal líquido del régimen que en forma de propaganda perversa, intenta contener el gen democrático del 887% de venezolanos. Aún en cuarentena crecen responsabilidades silentes, se proyecta fortalecer su imaginario político y de acción social para reinstalar la democracia en una Venezuela llena de hambre y miseria exponencial por culpa del Estado Cuartel.
El civismo Silente pero Consciente gesta a su interior un ¡Cambio político democrático ya! Y con esa energía política bloquea el sartas de mentiras de los tres turnos diarios de payasos, que desde el espacio sagrado del hogar, la familia y el vecindario se diseña la participación política contendiente, que tendrá lugar después de la minoría de la hartera guerra psicológica por la tiranía. El civismo en su interior y, desde allí, añora la democracia como modo de vida. Esa pulsión funciona y funcionará como “radios bemba” desde el vecindario hasta convertirse en un Eco de Libertad y Decencia Cívica, que nadie podrá arrebatarle a una sociedad que tiene derecho a la libertad.
¡Funcionará el civismo ciudadano silente! Que con inteligencia criolla hace tiempo esta en cuenta de la maniobra grotesca del régimen como Estado Cuartel, que de manera vulgar ha pretendido acuartelar el sentimiento de libertad del venezolano, vía la guerra psicológica, propia de la maldad liquida, propia de violentos operadores ideológicos que le temen a la política. Los ciudadanos ciertos funcionaremos como ciudadanía, pensando en el retorno de la democracia política aun avasallados por la miseria exponencial, la persecución de las bocas de fuego que han servido para categorizar esta locura imperdonable, que como ciudadanía, ejerciendo civismo silente, lo convertiremos en una sociedad en democracia real
Dr. José Machillanda
Director CSB-CEPPRO
@JMachillandaP
Caracas, 21 de abril de 2020