Las personas que lleguen a Pekín desde el extranjero, en su inmensa mayoría chinos ya que los extranjeros tienen vetado el acceso al país -salvo algunas excepciones-, deberán cumplir una semana de cuarentena doméstica adicional tras las dos que actualmente se exigen, informaron hoy medios locales.
Este cambio, anunciado por las autoridades de la capital china, implica que se eleva a tres el número de semanas de confinamiento obligatorio para todos aquellos que lleguen a Pekín desde otros países.
Actualmente los extranjeros tienen vetado el acceso a China -excepto los diplomáticos y algunas personas relacionadas con el comercio o la investigación médica- debido a la propagación internacional del coronavirus.
Hasta el momento, las normas más recientes obligaban a guardar una cuarentena de catorce días en un hotel o en un “centro designado” por las autoridades, salvo contadas excepciones en las que se permitía a los residentes en la ciudad cumplir el confinamiento en su domicilio.
Este supone un paso más en el recrudecimiento de las medidas de prevención anunciadas por China en la nueva etapa de la lucha contra el coronavirus, que, tras el aparente control de los contagios a nivel local, trata de evitar que sean las personas que llegan desde el extranjero quienes provoquen un rebrote de la COVID-19.
La decisión de las autoridades de Pekín se produjo precisamente después de que uno de estos casos “importados”, un estudiante procedente de Estados Unidos, contagiase a tres miembros de su familia dos días después de haber cumplido las dos semanas de cuarentena, que pasó confinado en un hotel, y de dar negativo en las pruebas que se le hicieron al fin de ese período.
Otras 62 personas que tuvieron contacto cercano con el estudiante y sus familiares han sido puestos en aislamiento bajo observación médica.
El distrito donde se produjo este incidente, el de Chaoyang -donde se encuentra el centro financiero de la capital china y residen buena parte de los extranjeros-, es ahora la única zona considerada oficialmente de “alto riesgo” en todo el país.
El subdirector del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Pekín Liu Xiaofeng explicó que después de la cuarentena, los residentes en el distrito de Chaoyang debían continuar la observación en sus hogares durante 7 días y extremar las medidas de protección personal.
Entre otras cosas, recomendó que traten de vivir solas o en una habitación individual, comer solas, usar baños especiales cuando las condiciones lo permitan y reduzcan el contacto humano.
Asimismo, que, al ingresar a un espacio compartido con otros miembros de la familia, mantengan una distancia de más de un metro y todos ellos usen mascarillas.
En el distrito de Chaoyang se registró igualmente otro caso de una mujer china llegada a Pekín el pasado 20 de marzo desde Londres, que dio positivo en coronavirus tras el periodo de cuarentena.
La mujer tuvo síntomas durante los 14 días de confinamiento pero tomó medicamentos por su cuenta y no lo puso en conocimiento del personal de observación del centro asignado.
Fue diagnosticada con el virus el 4 de abril e ingresada en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Chaoyang. Según las autoridades sanitarias de Pekín el hecho de que no informase de sus síntomas provocó retrasos en el tratamiento y contribuyó a agravar el estado de la mujer.
La mayoría de expertos y estudios científicos estiman que el virus puede tener un período de incubación en el cuerpo humano de entre 1 y 14 días, antes de que los síntomas aparezcan, mientras que el promedio se sitúa en unos cinco días.
Sin embargo, algunos casos locales en China y estos otros procedentes del exterior han demostrado que el patógeno puede ser portado de forma asintomática durante más tiempo. EFE