Brian Fincheltub: Sin libertad no hay prosperidad económica

Brian Fincheltub: Sin libertad no hay prosperidad económica

Algunos empresarios venezolanos tenían meses muy contentos y no los culpo. Ciertas señales les dieron a entender que la dictadura madurista se decidía a abrir la economía levantando varios de los controles que habían estrangulado a la empresa privada desde hace unos cuantos años. Atrás habían quedado el control de cambio, los controles de precios, las inspecciones arbitrarias y televisadas de los organismos de fiscalización, las innumerables barreras para las exportaciones e importaciones. Más sorprendente aún, habíamos pasado del país donde era delito decir el precio del dólar paralelo al país de la dolarización de facto donde hasta el “boxing day” se celebraba.

El entusiasmo era tal que hasta manifestaciones de apoyo a lo que se calificaba como el “laissez faire” socialista se hicieron visibles. En la Bolsa de Valores de Caracas reinaba el optimismo, entre las conversaciones de pasillo se escuchaba “es la misma receta ganadora que se aplicó en China y miren la potencia económica que es China hoy”. La receta “ganadora” por la que apostaba un sector del empresariado era nada más y nada menos liberalismo económico con restricciones a las libertades individuales. Pragmatismo puro, por aquello de que “business is business”.

Pero poco duró la tregua entre el régimen chavista y el sector privado, si es que se puede calificar de esta manera lo que se vivió en los últimos meses. Las posiciones ideológicas de la corriente más recalcitrante de la dictadura siempre termina imponiéndose, sobre todo en una situación tan catastrófica como la actual en donde la búsqueda desesperada de un chivo expiatorio los llevó a sacar la tradicional barajita del “especulador”, esa que guardan justo al lado de la barajita del “imperio”. Nunca falla, al menos eso es lo que ellos creen.

La imposición nuevamente de controles de precios nos trae al mismo punto donde comenzamos, pero con un agravante para el ciudadano, un sistema de precios dolarizado. No hay que ser economista para saber que lo que viene es escasez con un mercado negro de productos de primera necesidad que además de pagarse en dólares como se venía haciendo en muchas partes, ahora costará el triple de lo que costaba antes. Es cierto, para una inmensa porción del país que gana en bolívares hacer un mercado se había vuelto una tarea

difícil, pero no hay producto más caro que aquel que no se consigue. Si antes era difícil, ahora me atrevo a decir que será prácticamente imposible. Solo pregúntenle a un pensionado qué puede comprar con la pensión, al momento que escribo este artículo con suerte un kilo de azúcar y dos plátanos.

Al final siempre termina padeciendo y sufriendo el más humilde. La solución no es el “sálvense quien pueda” que hasta este semana imperaba, ni mucho menos los controles. La solución pasa por el cambio de régimen político, que ofrezca no solo garantías a los empresarios, sino a los ciudadanos. Un país sin libertad no tendrá jamás prosperidad económica y quién le diga lo contrario le miente.

@BrianFincheltub

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