Antes de la llegada de la pandemia por el Covid-19, Venezuela ya atravesaba una crisis humanitaria compleja que no fue causada por un virus, sino por un régimen criminal que durante más de 20 años se ha dedicado a imponer un modelo enmarcado en las ideas socialistas. Eso ha sido sinónimo de hambre, enfermedades y miseria; de muerte.
De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), ya para el año 2017 el 87% de la población venezolana vivía en pobreza, sometida a la dependencia de bonos y “beneficios oficiales” para poder sobrevivir. Por eso, todas las iniciativas que han roto con esa estrategia siempre han sido vistas como acciones enemigas que terminan siendo la excusa para arremeter contra emprendedores, empresarios y la propiedad privada.
Recientemente, usando como argumento la pandemia, el régimen usurpador anunció la ocupación de varias empresas productoras de alimentos, así como la regulación de los precios de 27 rubros. Se trata de una medida que acentuará aún más la compleja situación de escasez que vivimos los venezolanos, como en el pasado, cuando el resultado de esas decisiones fue más hambre, más colas, más corrupción y más control.
Al respecto, hemos insistido en la necesidad de abrir los mercados e incentivar la confianza en nuestra economía, empujando la producción y no la incertidumbre que hoy también es responsable del desespero general que manifiestan los venezolanos en todo el país ante la imposibilidad de adquirir los insumos mínimos para sobrellevar esta situación mundial.
Además, rechazamos todos los hechos de violencia y saqueos que se han generado en Nueva Esparta y otras entidades del país en los últimos días, generando graves daños a emprendedores, a la pequeña y mediana empresa y a empresarios que, a pesar de la pandemia, siguen manteniendo sus puertas abiertas para ofrecerles sus servicios a los ciudadanos.
No podemos confundir el hambre con el vandalismo, que es como puede calificarse la ola de robos este domingo en el Hotel Portofino de Margarita. Este tipo de acciones profundizan los problemas tanto de los empleados que laboran en esos lugares como de la comunidad que se beneficia de los productos y servicios que ofrecen todos estos establecimientos. Nuestra solidaridad con todos los trabajadores que arriesgan cada día su vida y nuestro repudio a quienes hoy se organizan para cometer este tipo de actos delictivos.
Nota de prensa