Era diciembre de 1988. Mike Tyson ya era reconocido mundialmente como uno de los mejores boxeadores que tuvo Estados Unidos con 35 peleas ganadas en 35 presentaciones y 32 de ellas por nocaut. Además, contaba con los cinturones del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y de la Federación Internacional de Boxeo (FIB).
Del otro lado, un joven Michael Jordan de 25 años estaba dando de qué hablar en la NBA con los Chicago Bulls. A pesar de no poder superar a los Detroit Pistons, quienes todavía mantenían la hegemonía, el basquetbolista ya era toda una celebridad.
Ambos íconos del deporte estadounidense coincidieron en el cumpleaños de la ex estrella de la NFL Richard Dent, quien se encargó de celebrarlo en un restaurante. Fue allí donde se produjo el encontronazo que nadie pudo olvidar.
“Mike Tyson estaba sentado allí con su bebida preferida, un Long Island Tea”, recordaba el co-promotor del púgil Rory Holloway en su libro “Domando a la bestia: la historia no contada de Mike Tyson”. Era un año en el que el boxeador brillaba dentro del cuadrilátero, pero debajo de el las cosas no andaban bien ya que transitaba un complicado divorcio de su ex pareja Robin Givens.
Antes de formalizar una relación con Mike Tyson, la reconocida actriz norteamericana había mantenido una breve y fugaz relación con Michael Jordan. “Cuando Tyson bebe saca sus verdaderos sentimientos”, aseguraba Holloway.
“Le comenté al mesero que diluyera sus bebidas porque sabía cómo iba a terminar eso. Entonces Mike se le quedó viendo a Jordan desde el lado opuesto de la mesa”, agregó.
Una mesa en la que, además de estos tres protagonistas, también estaba Don King, Mike Ditka (entrenador de los Chicago Bears de la NFL) y el cumpleañero Richard Dent, entre otros.
“Eh, tú (dirigiéndose a Jordan), ¿crees que soy estúpido? Sé que estuviste con mi mujer”, disparó Tyson con una mirada fulminante.
“Jordan se quedó como si hubiese visto un fantasma, no quería saber nada de eso. Es obvio que quería levantarse y salir corriendo de allí”, reconocía el que supo ser el co-manager del púgil hasta 1998.
“Fue un circo, de verdad, esa noche. Don King tratando de cambiar de tema. Yo y John (Horne, el otro cogerente de Tyson) tratando de retener a Mike, mientras él le decía a todos que iba a reventar el culo de Jordan, y Jordan estaba vestido bien como siempre y no podía salir de allí lo suficientemente rápido”.
Afortunadamente, entre varios lograron calmar a la fiera y la situación no pasó a mayores. El propio Mike Ditka, quien fue testigo de lo sucedido aquella noche, dio su versión a Chicago Tribune en 2015: “Fue una tontería (…) Michael no se iba a meter en un altercado con nadie. Es un chico de clase. En primer lugar, la cosa más estúpida del mundo es el alcohol, cuando bebes, aveces tienes la boca abierta. Eso fue probablemente lo que sucedió”.
El cumpleañero, Dent, también recordaba aquel episodio: “Fue una pequeña reunión después del partido de Michael Jordan”, aseguró al mismo medio y agregó: “Después del juego, tuvimos una pequeña reunión en un restaurante. Eso fue todo … (Tyson) le dijo algunas cosas a Mike. No recuerdo nada de esa naturaleza. Nunca vi a (Jordan) asustado”.