Al borde de un nuevo default casi 20 años después, el gobierno argentino se esfuerza por encarrilar su negociación para un canje de 66.000 millones de dólares de deuda, con un plazo límite este viernes cuando vencen 500 millones de dólares de intereses.
El país sudamericano, que se dirige hacia su tercer año de recesión en medio de la pandemia de coronavirus, busca mejorar las condiciones de pago de un tramo que representa la quinta parte de su abultada deuda pública de más de 300.000 millones de dólares, y no quedar fuera de los mercados de crédito.
El objetivo del gobierno de Alberto Fernández (centroizquierda): hacer “sostenible” en el tiempo el pago de la deuda que roza 90% del PIB, en un país que declaró el mayor default de la Historia en 2001 sobre 100.000 millones de dólares.
– Anécdotas y obligaciones –
Si no paga el viernes, Argentina estará nuevamente en default.
Pero “el 22 (de mayo) es anecdótico”, consideró el ministro de Economía, Martín Guzmán. “Estamos en un proceso de negociación para alcanzar un acuerdo. Hay una alta probabilidad de que sea extendido el plazo” para que los acreedores con bonos emitidos bajo legislación extranjera adhieran al canje propuesto por Argentina, enfatizó.
Sería la segunda prórroga del plazo dado a los bonistas para reestructurar la deuda, después de la que venció el 8 de mayo.
En ese escenario, Argentina podría continuar en la mesa de tratativas con sus acreedores, aún en situación de impago.
Los títulos que podrían quedar en mora son los nominados 2021, 2026 y 2046 emitidos durante el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), con una tasa de interés anual de 7,5%.
“Nos están cobrando intereses que el mundo no paga hoy. Estamos proponiendo el canje porque es lo que podemos, no estamos regateando”, señaló el presidente Fernández.
Si cae en default el viernes, sería la novena ocasión en que el país queda en cesación de pagos.
– “Flexibles” –
Argentina propuso a los fondos de inversión un plazo de gracia de tres años sin pagos, y sendas quitas de un 5,4% en el capital, y de 62% sobre los intereses, con una tasa promedio ofrecida de 2,25% para nuevos bonos a madurar entre 2030 y 2047.
Los tres grandes grupos en que están divididos los acreedores rechazaron la oferta. Pero Guzmán dijo que las contraofertas de los financistas “acercan posiciones”.
En sus contrapropuestas reclaman mayor pago de intereses, sin quita de capital, y plazo de gracia de sólo un año.
“Somos flexibles a ideas diferentes que sean consistentes y busquen recuperar la sostenibilidad de la deuda”, argumentó Guzmán.
– Default –
Según una alta fuente del gobierno que pidió el anonimato, habrá “un default selectivo o técnico”. Pero los acreedores “aceptarán seguir negociando de buena fe y de mutuo acuerdo” más allá del viernes.
De lo contrario, podrían pedir la aplicación ante un juez en Estados Unidos de la llamada “cláusula de aceleración”, por la cual al considerar por extensión a toda la deuda en default, permite reclamar judicialmente el pago anticipado de capital e intereses de los adeudos.
El recurso al juez fue usado por fondos especulativos, que en 2014 obtuvieron un fallo a su favor en Estados Unidos y el pago de 11.000 millones de dólares que hizo Argentina en 2016.
“Será default porque Argentina no pagará nada más, salvo que sea una condición de la negociación”, indicó a la AFP el analista Carlos Fara.
– Apoyo del FMI –
Buenos Aires tiene el respaldo del Fondo Monetario Internacional, que considera que tal como está la deuda argentina es insostenible.
“Argentina quiere hacer lo correcto por su propia gente. Tuvo una actitud responsable”, dijo Kristalina Georgieva, directora gerente del organismo.
“Estamos muy interesados en apoyar a Argentina en su lucha contra la doble crisis: la del coronavirus (unos 8.000 contagiados y casi 400 muertes) y el problema de la sostenibilidad de la deuda, claramente bastante grave”, declaró Georgieva.
Fernández frenó el programa suscrito con el FMI en 2018 y por el cual Argentina recibió 44.000 millones de dolares de un total de 57.000 millones comprometidos por la institución.
Además de la renegocación con los bonistas, busca un nuevo programa con el FMI para aliviar también esa deuda.
A Argentina no le han faltado respaldos en su puja con los fondos, entre ellos el de 135 prestigiosos economistas de todo el mundo, encabezados por los Premios Nobel de Economía Joseph Stiglitz y Edmund Phelps.
“Una quita de deuda sostenible sentará un precedente positivo, no sólo para Argentina, sino para el sistema financiero internacional”, escribieron en una declaración.
AFP