Lo que empezó en 2016 con una investigación policial, continuó como un caso de la Fiscalía y llenó miles de páginas de periódicos, minutos de telediarios y horas de grabaciones de interrogatorios, tomará hoy forma con una imagen espectacular: Benjamín Netanyahu descendiendo visualmente de primer ministro a acusado. Aquí resumimos las claves de las acusaciones.
En los tres últimos años, fiscales y policías han interrogado a más de 140 testigos -incluidos el primer ministro y varios de sus familiares- y han logrado que varios se comprometan a testificar a favor de la Fiscalía, en este caso, la acusación al jefe del Gobierno.
El protagonista, que comparte banquillo con otros tres acusados, ha insistido todo este tiempo en caracterizar el proceso como una “caza de brujas”, y ha repetido incansablemente el mantra de: “No habrá nada porque no hay nada”. Una afirmación que ahora deberá reconocer o rebatir un tribunal.
Estos son los casos:
– CASO 4000 O BEZEQ
Supuestos delitos: Cohecho, fraude y abuso de confianza.
Este es el caso más grave y, según los expertos, el que tiene más visos de acabar en condena.
Se sospecha que Netanyahu hizo favores entre 2012 y 2017 al gigante de telefonía israelí Bezeq a cambio de cobertura informativa favorable sobre él y su mujer Sara en el popular digital de noticias Walla, ambos controlados por el mismo empresario, Shaul Elovitch. Este, junto a su mujer, Iris, comparecen también como acusados.
En diciembre pasado, tras meses de investigación y más de medio centenar de testimonios, la Policía concluyó que había pruebas suficientes para acusarle de los tres cargos.
“La principal sospecha es que el primer ministro aceptó sobornos y actuó en un conflicto de intereses interviniendo y actuando en decisiones regulatorias que favorecen a Shaul Elovitch y al Grupo Bezeq, y al mismo tiempo exigió directa e indirectamente interferir en el contenido del sitio Walla de una manera que lo beneficiara”, explicó la recomendación policial.
Netanyahu y sus asociados “intervinieron de manera flagrante y continua, y en ocasiones incluso a diario” en Walla y “buscaron influir en el nombramiento de altos funcionarios (editores y reporteros)” con el fin “de promover sus intereses personales mediante la publicación de artículos y fotos halagadoras, eliminando el contenido crítico sobre el primer ministro y su familia”, asegura ese texto.
El informe de la Fiscalía, por su parte, afirmaba haber “llegado a la clara conclusión de que había motivos corruptos e inapropiados en el centro de las acciones de Netanyahu”.
Él niega la comisión de cualquier delito.
– CASO 1000
Supuestos delitos: Fraude y abuso de confianza.
Se investiga si aceptó lujosos regalos de dos millonarios para él y su familia -hasta un millón de shéqueles (unos 260.000 euros)- que incluían carísimos puros, joyas, viajes y champán francés a cambio de favores.
Se trata del productor de cine de Hollywood Arnon Milchan, israelí y a quien Netanyahu habría ayudado a conseguir un visado estadounidense de larga duración, y su amigo y socio australiano, también millonario, James Packer. Entre los favores estarían la aprobación de una ley que limita los impuestos para israelíes que regresen del extranjero, muy beneficiosa para Milchan, y apoyo en negocios en el mercado televisivo israelí.
El informe de la Fiscalía asegura que “hay suficientes pruebas para demostrar que los regalos, entregados a gran escala y de forma inusual, fueron recibidos a cambio de acciones de Netanyahu”.
Este ha reconocido que recibió regalos, pero niega que hubiese favores a cambio y argumenta que se trató de un “intercambio de obsequios normal entre amigos”.
– CASO 2000
Supuestos delitos: Fraude y abuso de confianza.
Se examinaba un presunto intento de pacto entre Netanyahu y Arnon Mozes, también acusado y editor del diario de pago de mayor difusión de Israel, el Yediot Aharonot. El primero habría pedido una cobertura más positiva a cambio de dañar la distribución del diario rival, el gratuito Israel Hayom.
Según la Fiscalía, las conversaciones grabadas con Mozes indican que Bibi “violó la confianza que debe a la gente y dañó gravemente la imagen del servicio público y fe del público en este”. Abusó de su autoridad para beneficiar los intereses de su familia y para “corromper a funcionarios públicos”.
Existen audios de las negociaciones grabados por un exjefe de la Oficina de Netanyahu, Avi Harrow, que se ha convertido en testigo del Estado a cambio de una acusación menor en otro caso que enfrenta.
Netanyahu reconoce que tuvo lugar la conversación con Mozes, pero alega no era en serio, que el pacto no se llevó a cabo y niega delito. EFE