La protagonista de un video racista que se volvió viral esta semana en Nueva York, en el que una mujer blanca llama a la Policía asegurando falsamente que está siendo amenazada por un hombre negro, no sólo fue despedida de su trabajo, sino que también ha tenido ahora que entregar a su perro a la asociación que facilitó su adopción.
Amy Cooper ha recibido una lluvia de críticas después de que se hicieran públicas en las redes sociales unas imágenes en las que se la veía llamar a las autoridades pidiendo ayuda a gritos ante las supuestas amenazas de un ciudadano afroamericano, que, como muestra el video, únicamente le había reclamando que le pusiera la correa a su perro en Central Park, como obligan las normas de esa zona.
Además de los reproches de racismo y de haber sido despedida de su puesto en una importante empresa financiera, Cooper también ha sido acusada de crueldad animal, ya que en el vídeo se aprecia cómo durante el altercado sujeta por el cuello a su perro durante más de un minuto, que se retuerce enérgicamente mientras mantienen la agitada conversación.
La asociación Abandoned Angels Cocker Spaniel Rescue, de donde adoptó Cooper al can, confirmó que la mascota ya está en sus manos después de que la residente de Nueva York lo entregara voluntariamente.
“El perro está ahora bajo nuestro cuidado y está sano y salvo”, dijo a los medios locales el grupo.
El encuentro entre Cooper y el ciudadano al que acusó, llamado Christian Cooper, fue difundido este lunes en Twitter y un día después acumulaba ya más de 30 millones de visualizaciones.
El video tomado por Christian Cooper muestra en el momento en el que Amy Cooper empieza a pedirle que deje de grabar y le dice que va a llamar a la policía: “Les voy a decir que hay un hombre afroamericano lanzándome amenazas de muerte”.
Incluso el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, reaccionó este martes a lo ocurrido asegurando que “el video publicado de Central Park es claro y puro racismo”.
“Ella llamó a la Policía porque él era un hombre negro. Incuso cuando ella no estaba cumpliendo las normas. Ella decidió que él era el criminal y nosotros sabemos por qué: este tipo de odio no tiene cabida en nuestra ciudad”, escribió el alcalde en su cuenta de Twitter.
El suceso ha llevado incluso a el senador de Nueva York Brian Benjamin a presentar una legislación que añadiría las acusaciones falsas a la lista de incidentes que pueden considerarse crímenes de odio.
“Me preocupa que si ella no hubiera sido grabada, a esta mujer se le hubiera dado el beneficio de la duda, y que el hombre se enfrentaría a consecuencias serias, quizá incluso poniendo en riesgo su vida si hubiera llegado la Policía”, dijo Benjamin en un comunicado de prensa.
EFE