Estados Unidos alcanzó este viernes 1.745.606 casos confirmados de COVID-19 y 102.798 fallecidos, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del sábado) es de 24.993 contagios más que el jueves y de 1.236 nuevas muertes. Al menos 406.446 personas han superado la enfermedad a fecha de este viernes.
El estado de Nueva York se mantiene como el gran epicentro de la pandemia en Estados Unidos con 368.284 casos confirmados y 29.605 fallecidos, una cifra parecida a la de Francia y solo por debajo del Reino Unido e Italia. Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 21.477 personas.
El estado de Nueva York es seguido por su vecino Nueva Jersey, con 158.844 casos confirmados y 11.531 fallecidos, Massachusetts con 95.512 contagios y 6.718 decesos, y Pensilvania, donde se contabilizan 74.984 positivos por coronavirus y 5.464 muertos.
Otros estados con un gran número de fallecidos son Michigan con 5.406, Illinois con 5.270, California con 4.051 o Connecticut, con 3.868. El balance provisional de fallecidos -102.798- ha alcanzado ya la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente Donald Trump rebajó en un inicio esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y los 60.000 fallecidos, aunque en sus últimos cálculos auguró ya hasta 110.000 muertos.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para inicios de agosto habrá dejado más de 131.000 muertes en Estados Unidos. /EFE