Los oficiales de marina que se encontraban a bordo del petrolero Willowy experimentaron un extraño fenómeno el pasado 31 de mayo, mientras navegaban en aguas del océano Atlántico, al oeste de Ciudad del Cabo (Sudáfrica). En las primeras horas de aquella jornada, detectaron que tanto su barco como otros cuatro que se encontraban en la zona estaban navegando en círculos, incapaces de seguir el rumbo establecido.
Por: RT
Tras darse cuenta de la situación, la tripulación creyó inicialmente que la causa de su extraña navegación podían ser las fuertes corrientes, que tal vez se imponían a los barcos. No obstante, esa teoría fue descartada, ya que no había tales corrientes en la zona.
Entonces recordaron casos similares que tuvieron lugar en las aguas del Mar del Sur de China y del estrecho de Ormuz que fueron atribuidos a la supuesta manipulación sistemática del GPS, realizada con el fin de socavar el sistema de rastreo que todos los barcos comerciales deben usar por normas del derecho internacional, recoge Sky News. Esa tecnología, conocida como AIS (sistema de identificación automatizado), transmite identificadores únicos de cada embarcación a otros barcos cercanos, lo que incluye su ubicación GPS, rumbo y velocidad.
Pero debido a que el Willowy se encontraba muy lejos de esas zonas, esas opciones tampoco podían ser factibles.
¿Cuál es la respuesta verdadera?
Por otra parte, la Agencia Espacial Europea ha detectado que el campo magnético de la Tierra se está debilitando, sobre todo en una gran región que se extiende desde África hasta América del Sur y lleva el nombre de Anomalía del Atlántico Sur. Además, en los últimos cinco años se ha desarrollado un segundo centro de intensidad mínima al suroeste de África, muy cerca de donde navegaba el Willowy. Se especula que se trata de una señal de que la Tierra se encamina hacia una inversión de polos, en la que los polos magnéticos norte y sur se alternan.
Dicha anomalía podría hacer que aquellas naves cuyo curso se establece mediante brújulas simples o magnéticas naveguen en círculos sin siquiera darse cuenta. Pero embarcaciones como el Willowy utilizan para ello el girocompás, capaz de encontrar el norte verdadero por la gravedad y el eje de rotación de la Tierra, en lugar del norte magnético, e identificar así el rumbo del barco. No obstante, en el caso de que ese instrumento falle, podría causar el mismo problema que estaba experimentando el tanquero.
La tripulación recurrió por radio a la ayuda de oficiales superiores de la compañía en tierra y, efectivamente, se determinó que el girocompás primario del barco estaba funcionando mal. Tras detectarlo, pudo reanudar su curso original después de utilizar su giroscopio secundario junto con una brújula magnética.
La compañía propietaria de la nave describió la falla como “un colapso incidental” y dijo que “la reparación se realizará en el próximo puerto, donde los técnicos en tierra identificarán la causa”.