Un manifestante libanés arroja gases lacrimógenos en medio de enfrentamientos con la policía antidisturbios después de una manifestación en el centro de Beirut el 6 de junio de 2020. – Los manifestantes salieron a las calles de la capital libanesa para denunciar el colapso de la economía, mientras estallaban enfrentamientos entre partidarios y opositores. del grupo chiíta respaldado por Irán, Hezbolá. (Foto por ANWAR AMRO / AFP)
Cientos de manifestantes salieron a las calles de la capital libanesa el sábado para denunciar el colapso de la economía, en una protesta en la que estallaron enfrentamientos entre partidarios y opositores del grupo chiita Hezbolá, apoyado por Irán.
Centenares llenaron las calles alrededor de la plaza de los Mártires de Beirut, y hubo escaramuzas entre manifestantes y fuerzas del orden, que lanzaron gases lacrimógenos.
Cuarenta y ocho personas resultaron heridas, 11 de las cuales fueron hospitalizadas y otros atendidas en el lugar, indicó la Cruz Roja libanesa.
Esta es la primera manifestación antigubernametal de importancia que cuenta con la presencia de asistentes de todo el país, luego de que las autoridades bajaran la intensidad a las restricciones impuestas para contener la expansión de la epidemia del coronavirus.
“Salimos a las calles para reclamar nuestros derechos, atención médica, educación,trabajo y los derechos básicos que los seres humanos necesitan para vivir”, dijo una estudiante de 21 años de nombre Christina.
Muchos de los manifestantes llevaban máscaras como parte de las medidas sanitarias impuestas para combatir la pandemia, que aumentó la crisis económica, la peor desde la guerra civil de 1975-1990.
Pero el sábado las protestas se volvieron violentas cuando simpatizantes del Hezbolá se enfrentaron a manifestantes que pedían el desarme del grupo.
Hezbolá es el único grupo que conserva las armas desde el fin de la guerra civil, lo que divide al Líbano entre dos líneas políticas.
“No al Hezbolá, no a sus armas”, decía la pancarta que llevaba Sana, una mujer de Nabatiyeh, ciudad del sur del Líbano, bastión del grupo chiita. “Las armas solo deben estar en manos del ejército”, agregó la mujer de 57 años.
Las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos cerca de la calle que conduce al edificio del Parlamento, detrás de la plaza de los Mártires, luego de que los manifestantes lanzaran piedras y saquearan tiendas.