A casi una semana del inicio de la reapertura económica de la Fase 1 de la Gran Manzana, las autoridades han dejado claro que todavía la ciudad se encuentra en una etapa de transmisión moderada, lo que significa que cada día, decenas de personas siguen siendo diagnosticadas con COVID-19.
Pero a medida que la ciudad enciende su motor económico, aún a muy bajo voltaje, las autoridades siguen viendo con “optimismo prudente”, la baja en la cifra de hospitalizaciones, casos y muertes.
La tendencia que definió el comportamiento de la pandemia en la ciudad, desde que se confirmó el primer caso el 1 de marzo pasado, sigue siendo la misma: los barrios con más concentración de minorías raciales, siguen siendo los más castigados.
Tres localidades siguen reportando el mayor número de afectados por el COVID-19: Corona (Queens), Boro Park (Brooklyn) y Baychester-Williambridge y Fordham (El Bronx).
De 30,000 pruebas diarias que se realizaron esta semana en todo el estado, la tasa más alta de pacientes positivos siguen detectándose en la ciudad de Nueva York, con 1.7% del total de testeados.
Otros datos que se derivan de la masificación de las pruebas en los últimos días, obliga a dirigir la mirada nuevamente a El Bronx, con 2.4% del total de pacientes a los cuales se les realizó la prueba y resultaron positivos en COVID-19, seguido por Brooklyn con 1.9% y Queens con 1.6%.
“Los que más, los que menos”
Hasta la fecha, de acuerdo con la data oficial del Departamento de Salud de la Ciudad (DOHMH), el vecindario de Corona, en Queens, acumulan el mayor número de muertes en toda la ciudad.
En contraste, en el Bajo Manhattan, particularmente en el distrito financiero y en SoHo, además en el Upper East Side y el Upper West Side, los números de decesos e infectados, muestran también un brusco descenso en los últimos cinco días.
En general, solo El Barrio (East Harlem) y Washington Heights, siguen resaltando en rojo en el mapa de Manhattan, aunque se observa una considerable caída en la cifra de infectados, si se pone en perspectiva con la realidad de abril y principios de mayo.
“Nosotros, a diario, monitoreamos los datos que nos llegan de cada uno de los departamentos de emergencias de la ciudad. Afortunadamente, no hemos visto picos específicos o significativos en la cantidad de personas que visitan los departamentos de emergencias”, reporta la Dra Oxiris Barbot, comisionada del DOHMH.
Los indicadores de la “mejoría”
El número de pacientes hospitalizados, por complicaciones asociadas con el COVID-19, sigue en franco descenso en comparación con el momento más agudo de la crisis.
Si se recurre a los antecedentes estadísticos de la segunda y tercera semana de abril, cuando los enfermos recluidos en un día superaban los 1,710, esta segunda semana de junio, el número de pacientes que requerían una cama de un centro hospitalario para ser atendidos, fue en promedio de 50 personas diarias. La mayor parte de estos casos, fueron en los centros hospitalarios del Condado de la Salsa.
Eso implica, una caída en hospitalizaciones de más de un 97%.
El último día más mortífero en la Gran Manzana, a causa de complicaciones con la infección viral, fue el pasado 3 de junio con 33 decesos cuantificados por el DOHMH, eso se traduce también en una baja abismal en la mortalidad, cuando venimos de días realmente trágicos, en donde a mediados de abril se llegaron a contar hasta 590 decesos en un solo día, hasta saturar las morgues.
Otro ángulo de la “vuelta a la normalidad” con la apertura económica en la Gran Manzana, entrañó muchos temores.
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