Ecuador extendió por otros 60 días, hasta el 13 de agosto, el estado de excepción que rige desde hace tres meses en el territorio nacional ante la pandemia del nuevo coronavirus, la cual deja más de 47.000 casos, incluidos 3.929 muertos.
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“Firmé el Decreto 1074, que declara el Estado de Excepción en el país por 60 días más”, expresó el martes el presidente Lenín Moreno a través de su cuenta en la red Twitter.
El mandatario esta vez volvió a declarar el estado de excepción, que se extenderá hasta el 13 de agosto.
Moreno destacó que “si bien las medidas que hemos tomado han dado resultado frente a la pandemia del #COVID19, no debemos bajar la guardia”.
Ecuador, con 17,5 millones de habitantes, es de los más golpeados en Latinoamérica por la pandemia con más de 47.000 contagios, entre ellos 3.929 muertos (22 fallecidos por cada 100.000 habitantes).
Por la cifra de víctimas fatales, el país ocupa el cuarto lugar en la región detrás de Brasil (43.959), México (17.141) y Perú (6.688), según un conteo de la AFP.
El gobierno ecuatoriano también reporta alrededor de 2.600 muertos probables por el coronavirus.
Moreno decidió mantener la medida por “calamidad pública” ante la presencia de la covid-19 y la “emergencia económica sobreviviente a la emergencia sanitaria que atraviesa el Estado”, según un decreto divulgado por la secretaría (ministerio) de Comunicación hacia la medianoche del lunes.
Tras ser declarada la presencia del virus en febrero, el presidente ordenó el estado de excepción por 60 días el 16 de marzo y luego lo renovó por otros 30, como le permite la Constitución.
El mecanismo permite al Ejecutivo mantener medidas de restricción, incluidos el toque de queda, la movilización de las Fuerzas Armadas y la suspensión de derechos como la libertad de reunión ante la pandemia.
A pesar de que desde mediados de mayo empezó a aliviar las medidas de confinamiento, el Ejecutivo mantiene el cierre de las fronteras terrestres y la suspensión de clases presenciales hasta en universidades.
Asimismo, impone un plan ‘semáforo’-de tres niveles- para medir los riesgos causados por la pandemia.
La gran mayoría de los 221 cantones del país están en el nivel amarillo, que establece el toque de queda de ocho horas diarias, permite la circulación de vehículos particulares tres días por semana, el trabajo presencial con un 50% del personal y la reanudación parcial del transporte público.
En ese grado figuran el puerto de Guayaquil (suroeste), foco de la pandemia en Ecuador con casi 10.000 infectados, y Quito, la segunda ciudad con más casos (alrededor de 4.900).
Un 30% de los cantones continúan en rojo, con toque de queda de once horas al día y prohibición del trabajo presencial.
El nivel verde, en el que están apenas dos cantones, recorta la libre circulación a cinco horas por día y autoriza la jornada laboral con 75% de empleados.
Ecuador además reanuda de manera progresiva desde hace dos semanas los vuelos domésticos e internacionales.
AFP