Alfonso Guzmán Suarez es un médico venezolano internista e infectólogo que en la actualidad se desempeña como jefe del departamento de infectología del Hospital El Carmen HEC, ubicado en la localidad de Maipú en Santiago de Chile.
A través de una entrevista, el especialista en control de infecciones nos contó desde el país austral cómo fue su experiencia como paciente del Covid-19, y cómo es su labor cotidiana para atender a ciudadanos que llegan al centro de salud con la enfermedad del coronavirus, algunos con síntomas de mayor severidad.
“Yo he visto personas seriamente enfermas desde 28 años hasta 90 años, personas graves en terapia intensiva, menores de 40 años, ya eso generaba una carga de angustia significativa. Para el momento en el que yo me enfermé a mi hospital iban más de 1.800 pacientes, solo en ese hospital, para el día de hoy son más de 2.900, tenía miedo, un enfermedad que significaba temor”.
Guzmán relató que en el HEC ha habido al menos 15 muertos en un día a causa del Covid-19, manifestó que le ha tocado vivir con la muerte de cerca, y explica que sobre los enfermos hay una carga emocional “muy grande”, debido a que el individuo suele vivir solo por la restricción de las visitas, porque sus contactos cercanos usualmente están o enfermos o en cuarentena, la gente se muere sola, y cuando la gente fallece hay unos protocolos bien estrictos para el manejo del cadáver, solo un familiar lo puede reconocer e incluso durante el más intenso dolor no se puede abrazar a la persona.
Todo comenzó cuando decidió jugar fútbol con sus hijos, y en medio de la actividad sintió dolor muscular, pensó que pudiese atribuir el malestar con el estar fuera de forma, presentó un “poquito” de tos y dificultad para respirar, pero sin sentirse “tan” mal, e incluso consideró que pudo haber sido un resfriado común.
“El martes fui directamente a hacerme el examen… y cuando supe que estaba positivo me asusté. Me aislé en un cuarto, me quedé en una habitación muy pequeña, y estuve metido en esa habitación durante 12 días sin salir, solo salía al baño, yo tengo tres hijos y una esposa”.
A los dos días empezó a tener dificultad para respirar, no grave, tuvo un aparato para medir su oxígeno en la sangre y vio como caía su oxigenación, situación que le dio angustia, estuvo tentado a llamar a una ambulancia, y después comenzó a recuperarse en parte, y agradeció que mucha gente se preocupó y rezó por él.
Guzmán Suarez enfatizó que el coronavirus no tiene un tratamiento realmente efectivo, expone que es básicamente sintomático y manejo de las complicaciones o su prevención en los pacientes más severamente enfermo.
“Lo que se ha logrado de disminuir la mortalidad por coronavirus ha sido porque se ha aprendido a manejar a los pacientes severamente enfermos porque se ha podido atender complicaciones con drogas como corticoides o anticuagulantes… Se han probado muchas drogas.
Yo lo que hice fue tomar bastante líquido caminar dentro de la habitación y tomar ibuprofeno para el dolor de cabeza y el dolor de cuerpo, ese fue mi tratamiento y yo creo que ese debe ser el manejo de un paciente que no tiene que ir a un hospital”.
El especialista en infectología se refirió al tema de discriminación y criminalización hacia el paciente del Covid-19, y rechazó que en casos donde por ejemplo hay una persona en un edificio con la enfermedad, piden que lo saquen. Explicó que la sociedad ha juzgado de que esa persona es culpable de algo, y considera que no puede ser culpable, sino víctima, no puede ser que se persiga al enfermo, hay que cuidarlo, indicó.
“En Venezuela hay una cierta criminalización al que se le diagnostica coronavirus, y eso es un error más grande, porque nadie quiere que le hagan el diagnóstico si hacer el diagnóstico significa primero una discriminación social y adicionalmente tal vez persecución por parte de las autoridades para aislarme, para llevarme a hospitalizarme y nadie sabe dónde, entonces hay un temor a hacerse el examen”.
Agregó que la cuarentena es muy efectiva pero una medida muy difícil de sostener porque a su juicio detener la economía es compleja, porque tener a la gente confinada no es fácil.
Por último aseveró que el tema del coronavirus es “serio” que implica vidas humanas, “sufrimientos, miedo”, pero que hay que afrontarlo de la manera más transparente, con la capacidad de transmitir lo que está ocurriendo.
“Lo peor que puede ocurrir es que haya ocultamiento de la información, y eso desde el punto de vista de las autoridades, ellos tienen que reflejar y decir lo que está ocurriendo. Para las personas piensen que no se están cuidando ustedes sino que además se está cuidando a los demás, usar las mascarilla es fundamental para evitar contagiar a los demás.
A mis colegas cuídense bien, cuiden a los que están en más riesgo, los más jóvenes tenemos que sacrificarnos hoy por ayudar a los médicos que tienen más riesgo”.