Existe cierto paralelismo, aunque las historias no sean exactamente iguales, entre la situación venezolana y lo ocurrido con el último emperador romano Julio Nepote, sin embargo, puede resultarle interesante esta breve lectura.
Según Wikipedia: Oficialmente el último emperador romano de Occidente es Julio Nepote (474-475 y 477-480 d.C.), si bien la segunda parte de su reinado fue simplemente nominal, ya que Odoacro gobernó “en su nombre” mientras el emperador estaba exiliado en Dalmatia.
Odoacro, de origen hérulo y esciro, fue el jefe de la tribu germánica de los hérulos y fue quien “destituyó” al último emperador romano de Occidente.
Pero lo interesante es cómo y por qué esto ocurrió:
Resulta que, producto de la corrupción, los excesos, inmoralidades e ineptitud de los gobernantes romanos, las arcas no permitían pagar los gastos del ejército y los nombramientos de comandantes dejaron de reflejar sus méritos o ascendencia sobre las tropas. De manera que sueldos, logística y otras necesidades fueron desapareciendo junto con la disciplina y la moral, lo cual produjo motines, deserciones y bajas en todos los grados del ejército desde tropas hasta oficiales.
La “solución” de los gobernantes romanos para mantenerse en el poder (que era su único interés, por lo que les era vital tener la capacidad para controlar por la fuerza las poblaciones contra insurrecciones) fue contratar mercenarios bárbaros que suplieran las bajas de los militares romanos. Como no tenían suficiente dinero para pagarles, les fueron entregando el control de diferentes territorios a los bárbaros, quienes eran sus administradores en todo la extensión de la palabra.
Las deudas superaban la capacidad de pago romana, así, los territorios fueron cayendo en manos bárbaras hasta que llegó el momento que los bárbaros tuvieron el control efectivo del imperio y su gobierno: Cobraban los impuestos y designaban gobernantes, incluido el emperador, pues los senadores romanos obedecían las órdenes bárbaras, ni qué decir de las poblaciones sometidas por la fuerza que los bárbaros ejercían sin escrúpulos sobre éstas.
En Venezuela, entre el ELN, las FARC (que según están desmovilizadas y son sólo reductos de éstas) más algunas organizaciones paramilitares colombianas YA CONTROLAN TERRITORIOS, ojo, al decir “controlan” es que lo hacen abiertamente y ejercen como autoridades de facto por encima de las formales (militares y civiles) que son solamente jarrones chinos.
Irán, China, Rusia, están presentes, al punto que para ingresar en ciertos lugares son ellos quienes autorizan.
Se sabe que el “emperador” Maduro es un títere de Cuba, desde donde nos gobiernan, pero no se puede prever si lograrán continuar ejerciendo el poder en caso de que se desborde la presencia e influencia de Estados como el de Irán y de organizaciones terroristas del Medio Oriente, así que la pregunta es ¿Cómo va a terminar la historia acerca de quién realmente ejercerá el poder en nuestra ex república?
Sólo falta ver si la historia de Maduro dará un giro porque, en teoría y hasta por sentido de supervivencia, los vecinos deberían impedir que esta situación continúe, porque los bárbaros gobernando constituyen una amenaza para toda la región, ¿O será que su estrategia es “esperar y ver”? Y si, por ejemplo, mientras se hacen los tontos “viendo qué pasa” les revientan sus países con acciones similares a las protestas experimentadas en Chile, Colombia, Ecuador… o con atentados terroristas y acciones subversivas fraguados desde Venezuela, ¿Será hasta entonces que harán lo necesario?
Ustedes qué opinan?