Se jactaba de llevar una vida plagada de lujos caros, desde jet privados hasta exclusivos coches y mansiones imposibles. Los retazos de su vida dorada, publicados en Instagram, sedujeron a 2,4 millones de seguidores, pero tras la fachada de influencer, Raymond Abbas escondía un lucrativo negocio de multimillonarias estafas cibernéticas que acaba de ser destapado por la policía de Dubai, el horizonte de rascacielos y dinero donde había construido su cuento de hadas a costa de sus fans.
Por: El Mundo
Raymond -escondido como una nulidad viral más bajo el nombre de Hushpuppi en las redes sociales- ha sido cazado en Emiratos Árabes Unidos en una operación conjunta de las fuerzas de seguridad locales, el FBI y la Interpol. Junto a otros 11 compinches, está acusado de perpetrar un fraude “a escala global” por valor de 1.600 millones de dirham emiratíes (unos 390 millones de euros, al cambio actual).
Cuatro meses de investigación policial han terminado por descubrir un entramado en el que Raymond, un nigeriano de 38 años, actuaba como cebo de los incautos. La red cometió una retahíla de delitos, desde el lavado de dinero hasta el hackeo, la sustracción de identidad o el ciberfraude. El influencer pescaba a sus víctimas en las redes sociales, entre quienes quedaban fascinados por su colección de lujosos vehículos y sus posados en residencias de ensueño.
“Después de verificar la información, el equipo de la operación siguió el rastro de la banda, incluido el de ‘Hushpuppi’, que festejaba su riqueza a través de las redes sociales bajo la fachada de un empresario en un intento de atraer a víctimas de todo el mundo”, asegura Jamal Salem al Jalaf, jefe de la unidad de investigación criminal de la policía de Dubai.
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