Enfermeras y médicos del hospital tipo IV Ruiz y Páez, en Ciudad Bolívar, denunciaron que no están siendo dotados de los insumos de bioseguridad necesarios para atender pacientes con COVID-19 como guantes, traje de bioseguridad, mascarillas, caretas y alcohol.
Por Laura Clisánchez / correodelcaroni.com
Representantes del gremio de enfermería del estado aseguraron que hay una alta cantidad de personal de salud infectado con el virus por carecer de barreras de protección. Al personal solo se le está entregando un tapabocas semanalmente.
El personal del recinto no tiene cómo protegerse a sí mismo ni a sus pacientes porque tampoco cuentan con insumos básicos como agua, jabón y alcohol, por lo que exigen que se les deje vivir, y permitan vivir a sus pacientes dotándoles de los insumos necesarios para sobrevivir al virus, de lo contrario, no atenderán más pacientes.
“Va a fallecer personal médico y de enfermería. Hoy hay pacientes muy mal que son médicos y enfermeras internadas en la unidad COVID-19 porque no tenemos equipos de protección”, manifestó un representante del Colegio de Enfermeras que, además, forma parte del personal de salud del centro asistencial.
“Si no nos dotan ya no vamos a atender al paciente y el paciente va a fallecer por falta de atención porque no tenemos los equipos ni las barreras de protección”, expresó con preocupación el licenciado a quien se le resguarda la identidad debido a la persecución que ha sufrido el personal de la salud al dar información que aluda a la crisis hospitalaria.
Además, aseguró que al personal de salud no se le está haciendo pruebas diagnósticas de ningún tipo para la detección precoz del virus.
Médicos y enfermeras están a la espera de kits de higiene y kits de protección que incluya la mascarilla N95 y el traje completo que hasta ahora no ha sido entregado en el hospital Ruiz y Páez, salvo a quienes están laborando en un área reducida de pacientes con COVID- 19 que necesitan terapia intermedia o intensiva. “Debe ser entregada a todos los trabajadores porque todos estamos expuestos a esa enfermedad”, insistió el enfermero.
Eso cobra mayor importancia tomando en cuenta que casi todo el recinto está contaminado con el virus de acuerdo con el personal que ahí labora.
Médicos Unidos de Venezuela reportó que 14 trabajadores de la salud han muerto por COVID-19 en todo el territorio nacional hasta la fecha por falta de insumos de protección.
Fuera de control
El hospital Ruiz y Páez es uno de los principales recintos centinelas que recibe pacientes con COVID-19 en el estado Bolívar, y hoy sus empleados denuncian que han superado su capacidad y que la orden es atender solo pacientes con COVID-19 en la emergencia que ya está desbordada de casos. “Hay unos que se quedan en las ambulancias porque no hay dónde meterlos”.
Varios servicios del hospital se han habilitado para recibir casos de COVID-19, más allá de la que en inicio estaba destinada para eso. Quirófano, Sala de parto y Emergencia son las áreas ya contaminadas con el virus.
Tampoco hay una definición clara de los equipos que se utilizarán para pacientes con el virus, y pacientes que no están contagiados. Hay un solo equipo de rayos X para todos, las ambulancias no están diferenciadas, ni las sillas de ruedas, ni camillas, ni camas.
“Ese contagio está subiendo peligrosamente y queremos salvar nuestra vida y la de nuestros pacientes. Queremos que todos entiendan que estamos trabajando con lo poco que tenemos y que nuestra vida está en riesgo”, puntualizó el enfermero.
El personal de salud requiere que haya una definición específica para las áreas y equipos destinados para la atención de pacientes con el nuevo coronavirus, y áreas y equipos destinados a quienes no, pues hasta ahora se trabaja con lo poco con que se cuenta en el recinto: una sola máquina de rayos X, pocas tomas de oxígeno, y 12 ventiladores mecánicos, todos ya ocupados.
El hospital no cuenta con área de esterilización desde hace más de dos años, por lo que deben apoyarse del sector privado de la salud para solucionar la carencia.
También denunciaron que se han contaminado las áreas al movilizar pacientes fallecidos con COVID-19 a través de otros servicios del recinto, toda vez que a las afueras del hospital aguardan pacientes con otras patologías o emergencias que no están siendo atendidos.
“Queremos salvar nuestra vida, nosotros no tenemos agua, no tenemos alcohol, no tenemos jabón”, insistió con preocupación. “Todos los días muere un paciente con COVID- 19 en el hospital”.
El Ruiz y Páez atiende a pacientes de Caroní, Gran Sabana, El Callao y otros municipios. Por lo general, transfieren desde Caroní cuando el paciente requiere asistencia respiratoria en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) o intermedios porque en Guayana no hay, pero los cupos para el uso de ventiladores mecánicos en el recinto -donde solo hay siete- ya están ocupados.
Aún hay pacientes esperando ser atendidos con esta terapia de oxígeno, que necesitan cuando ya no pueden respirar bien por sí solos, pero no hay cómo atenderlos a todos. Por eso médicos y enfermeras exigen la dotación de al menos 100 ventiladores mecánicos para la atención de pacientes críticos de COVID-19 en el Ruiz y Páez.
Otros hospitales centinelas
En el Hospital Dr. Raúl Leoni, en San Félix, la situación no es diferente. Representantes del gremio de enfermería también denuncian que su personal está desprotegido contra el virus.
Reportaron que hay varios enfermeros contagiados, y no tienen cómo recibir a los pacientes que llegan con COVID-19 en las ambulancias. “Tenemos escasez de personal de enfermería, y los pocos que hay temen entrar en las áreas”, manifestó una representante del gremio de enfermeras en Caroní que solicitó el resguardo de su identidad.
El estado Bolívar es ahora el cuarto estado con más casos de COVID-19, con una cifra que para el 13 de julio suma 924 contagiados. El ministro de la Salud, Carlos Alvarado, admitió públicamente que los hospitales superaron su capacidad, especialmente los centros de salud de Santa Elena de Uairén, un foco caliente de la pandemia en la entidad.
En medio del repunte de casos, quienes están en la primera línea de atención contra el virus no tienen cómo protegerse a sí mismos ni a sus pacientes en medio del deterioro de los servicios básicos y la crisis hospitalaria en general que no pueden denunciar sin ser amenazados, sancionados o detenidos.