El presidente Donald Trump está utilizando el Departamento de Seguridad Nacional en modos sin precedentes, en un intento de mostrarse como defensor de la ley y el orden con duras demostraciones de fuerza en ciudades de todo el país antes de las elecciones de noviembre.
El mandatario tiene pautado anunciar medidas en relación al tema este miércoles a las 3:15 p.m. ET, en lo que él ha denominado “Operation Legend” (Operación Leyenda, en español).
Su plan de desplegar agentes federales en Chicago y quizá otras ciudades gobernadas por demócratas y donde ha crecido la violencia es un nuevo esfuerzo de Trump por utilizar la agencia, creada tras los ataques del 11 de septiembre para evitar ataques terroristas, para reforzar a policías locales de una forma que impulse sus opciones de reelección.
Trump ya ha desplegado agentes de Seguridad Nacional en Portland, Oregon, con el argumento de defender edificios federales de los manifestantes. La decisión ha sido muy criticada por líderes locales, que dicen que la presencia federal sólo ha aumentado la tensión en lugar de fomentar la seguridad pública.
“Este es precisamente el tipo de despliegue tiránico de poder que preocupaba especialmente a los Padres Fundadores”, dijo Jeffrey A. Engel, director del Centro de Historia Presidencial en la Universidad Metodista del Sur.
Según el nuevo plan de Trump, que aún no ha sido anunciado oficialmente, unos 150 agentes de Investigaciones de Seguridad Nacional irían a Chicago para ayudar a la policía local a lidiar con un auge de la delincuencia, según un funcionario con conocimiento directo de los planes y que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a comentarlo de forma pública.
Se espera que esos agentes, que normalmente investigan el tráfico de personas, drogas y armas, se queden al menos dos meses en Chicago, según el funcionario. No estaba claro cuándo llegarían exactamente o cómo desempeñarían su misión, pero reportarían al Departamento de Justicia.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, dijo que aún no se había enviado a nadie a Chicago. “La clave es que este presidente defiende la ley y el orden, que llevan a la paz”, añadió.
En un tuit el domingo, Trump culpó a los líderes locales por un creciente aumento de la violencia en ciudades como Chicago, donde han muerto decenas de personas, incluidos niños pequeños. Añadió una sombría advertencia de que “los demócratas radicales de izquierdas, que controlan del todo a Biden, destruirán nuestro país tal y como lo conocemos”, en referencia a su rival demócrata, Joe Biden.
Trump también ha intervenido en otras ciudades, como Washington D.C. En las protestas tras la muerte de George Floyd en Minneapolis, Trump desplegó a la Guardia Nacional y agentes federales de organismos como la patrulla fronteriza o la agencia antidroga de EEUU para patrullar la ciudad.
La demostración de fuerza tuvo su momento más llamativo cuando agentes federales con equipo antimotines dispersaron a una multitud de la Plaza Lafayette, enfrente de la Casa Blanca, donde después del presidente posó con una Biblia delante de una iglesia.
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