Países de Asia impusieron el lunes nuevas restricciones de viajes, mientras que la abrupta cuarentena ordenada por Reino Unido sobre los pasajeros procedentes de España empañaban el verano europeo, en medidas que sugieren que el mundo se enfrenta a una segunda ola de infecciones de COVID-19.
En Estados Unidos, donde las tasas de infecciones han estado trepando desde mediados de junio, el asesor de Seguridad Nacional, Robert O’Brien, se convirtió en el funcionario de mayor rango del equipo del presidente Donald Trump en dar positivo de la prueba de coronavirus, dijo la Casa Blanca.
Muchos gobiernos reportaron fuertes aumentos de casos de coronavirus, después de haber indicado previamente que habían logrado controlar la enfermedad.
El fin de semana, un recuento de Reuters determinó que los casos de coronavirus en América Latina superaron por primera vez al total de contagiados en América del Norte, en medio de un recrudecimiento de la enfermedad en Brasil, México, Colombia y Argentina en los últimos días.
El lunes, Australia anotó un ascenso récord de infecciones diarias. Vietnam confinó a la ciudad de Danang, forzando a la evacuación de decenas de miles de visitantes. En China continental se confirmaron la mayor cantidad de casos diarios transmitidos a nivel local desde inicios de marzo. En tanto, Papúa Nueva Guinea cerró sus fronteras.
Hong Kong prohibió las reuniones de más de dos personas, cerró los restaurantes al aire libre y ordenó el uso de mascarillas en lugares públicos, ante el temor de una tercera ola de infecciones en la ciudad.
Apenas semanas después de que ciudades europeas celebraran la reapertura del turismo, una nueva ola de casos en España llevó a Reino Unido a ordenar que todos los viajeros procedentes de la nación ibérica realicen una cuarentena de dos semanas, un torpedo para los planes vacacionales de cientos de miles de personas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que las restricciones de viajes no podían aplicarse a largo plazo y que los países debían hacer más para detener la propagación dentro de sus fronteras, adaptando estrategias ya probadas, como distanciamiento social y uso obligatorio de mascarillas.
“Va a ser casi imposible para los países mantener sus fronteras cerradas de manera individual en el futuro previsible. Las economías tienen que abrirse, las personas tienen que trabajar, el comercio tiene que reanudarse”, dijo el jefe del programa de emergencias de la OMS, Mike Ryan.
“Lo que está claro es que la presión sobre el virus hace que los números bajen. Si aflojamos esa presión, los casos vuelven a subir”.
NO COMO ANTES
Autoridades de algunos países de Europa y Asia donde se está diseminando nuevamente el virus dijeron que los rebrotes no son tan graves como la primera ola que empezó a inicios de este año, y que pueden ser contenidos con medidas locales en lugar de con órdenes de confinamiento nacional.
Pero las naciones que sufrieron agudas crisis económicas por meses de cuarentenas también estaban determinadas a no permitir que el virus se salga de control nuevamente, incluso aunque ello implique revertir los planes de reapertura.
Europa aún tiene que levantar las prohibiciones a los viajeros de muchos países, incluido Estados Unidos, donde la Casa Blanca dijo que el asesor de Seguridad Nacional O’Brien no representaba riesgos de infección para Trump ni para el vicepresidente Mike Pence.
El anuncio de Reino Unido del regreso de la cuarentena para las personas que retornen de España probablemente echará por tierra los procesos de reactivación de las aerolíneas y las empresas de turismo en todo el continente, que tratan de sobrevivir a la mayor crisis de la que tienen registros.
Reino Unido representa más del 20% de los visitantes extranjeros a España, donde el turismo constituye el 12% de la economía. La aerolínea más grande de Europa, Ryanair, redujo su objetivo anual de pasajeros en un cuarto el lunes y advirtió que una segunda ola de infecciones por COVID-19 podría recortar sus pronósticos aún más.
Un alta funcionaria de Salud británica dijo que más países europeos podrían terminar en la “lista roja” si aumentan las infecciones. “Si vemos que las tasas suben, tendríamos que tomar medidas porque no podemos correr el riesgo de que el coronavirus se propague nuevamente por todo el Reino Unido”, dijo Helen Whately a la cadena Sky News cuando se le preguntó si Alemania o Francia podrían ser los próximos después de España. Reuters