En este año 2020, en el que un virus ha cambiado totalmente la forma de vida habitual que ya se encontraba en dramáticas condiciones, es menester vencer otro virus, pero ya no de naturaleza biológica, sino social. El principal virus que debemos combatir es el conformismo, la resignación y el fatalismo.
Escuchar decir que la Oposición real y el régimen son lo mismo, luego de que un sector saquea, destruye, persigue y otro sector cuya única arma es la convicción es realmente un peligroso simplismo y una total aberración. Es un exabrupto igualar a quienes han violado todas las leyes para perpetuarse en el poder y han destruído socialmente, económicamente y culturalmente a Venezuela, a quienes en muchas celdas permanecen solos o acompañados únicamente de sus familiares por cumplir su digno deber libertario; dirigentes que han dado hasta su libertad por el país, otros en el exilió y muchos arriesgando todo en la calle.
Juntos debemos vencer el canibalismo, la autodestrucción y la satanización de la política, pues solo beneficia a quienes rehuyen del entendimiento de diversas ideas y les incomoda la libertad y la prosperidad de los ciudadanos. Como país aún estamos pagando bien caro el experimento del militarismo, mesianismo populista que destruyó los valores fundamentales de una Democracia. Enfrentar un modelo político de este tipo requiere de grandeza, responsabilidad, solidaridad, constancia y compromiso.
Esta lucha no requiere apego a cargo alguno sino amor por el país. Conocer a Venezuela y buscar siempre su progreso es el ideal espiritual que nos permitirá a todos (politicos y ciudadanos) vencer las tentaciones fétidas que el enemigo pone en el camino, esas que no se tratan solamente de ofertas a puestos o contratos, sino que tienen como inicio el soborno al funcionario por gasolina, o el pago al gestor para defraudar al Fisco. En medio de una demostracion nacional de consistencia y coraje, enfrentamos algo inédito donde no existe una fórmula universal para vencerlo, lo que si es imprescindible es la unión nacional.
Resulta ruidoso escuchar ” ya he marchado muchas veces “, o ” ¿Que está haciendo Guaido? “,” ¿Cuando se va esta gente?”… Sin duda alguna es tarea difícil hacer política en un país donde se tritura el riesgo y no se valoran los grandes sacrificios; Un gran reto como sociedad será convertirnos en ciudadanos donde la corresponsabilidad sea diaria, donde valoremos cada rol, donde entendamos que los destructores del país se irán cuando todos juntos lo decidamos, sin agendas personales, excluyentes, ni con cálculos.
Hay problemas que afectan a millones donde no basta solo susurrar , descargarse vía WhatsApp , Twitter o cualquier otra red social. Ser ciudadano consiste en hacernos indestructibles asumiendo el reto de cambiar al país desde su esencia, sin buscar culpables sino alcanzando el sublime riesgo de vencer. Hace poco se celebró el natalicio de un ser tan trascendente en nuestra Historia, que jamás se preguntó ¿Cuando culminaría su lucha contra un gran imperio?, sino que hizo todo lo que tuvo a su alcance para vencer.
Aún por encima del conformismo, y la resignacion, somos millones los que no nos quedamos en ser seres expectantes, sino que creemos y trabajamos por la Venezuela de los ciudadanos.
Comunicado de prensa