Dilemas tales como soportar una tiranía, aceptar a los co-habitadores o ambos como opción diferente, “sacar” el carnet de la patria o no, arrojar basura a la calle o no, clases a distancia o presenciales, emigrar para vivir o quedarse para sobrevivir, sucumbir al chantaje o ser íntegro, tolerar lo malo, disimular lo bueno, ¿qué debemos hacer? ¿para qué y cómo debemos hacer?, ¿qué debe ocurrir?, ¿cuándo debe ocurrir? ¿hacia dónde vamos?
Puede ser que algunas enseñanzas espirituales nos digan que son falsos los dilemas, todo sirve, todo es permitido y aún más todo está hecho. Esto nos llevaría a la quietud del colectivo, para seguir sumergiendo a los venezolanos en el inframundo. Los esfuerzos del mal se trazan para eliminar las libertades, y la respuesta de los ciudadanos honestos consigo mismos debe ser: NO. De la misma forma que una persona aprueba o consiente, una situación o acción positiva; lo podrido, negativo y vil de una tiranía, sus procedimientos y colaboradores deben ser reprobados, negados y combatidos, aunque la verdad sea un riesgo.
La secuencia de pasos que explica el método científico, no está restringida a investigadores, académicos, centros de estudios, etc.; es una herramienta que permite al ser humano, al individuo utilizar su libertad para dirimir conflictos, escoger entre lo bueno o lo malo y, para solucionar dilemas. El método requiere de dos elementos necesarios o premisas, de un lenguaje que permita crear pensamientos que generen las ideas; así pues, el segundo elemento es pensar.
Dediquemos todos los días a pensar a través de un lenguaje que otorgue valor a lo bueno, a lo bonito, a lo sano; luego pongámonos en marcha. Puede haber otras opciones cuya entrada es ancha y fácil. No siempre el tiempo es suficiente, ese es un dilema