Opositora bielorrusa anuncia haber tomado la “difícil decisión” de abandonar su país

Opositora bielorrusa anuncia haber tomado la “difícil decisión” de abandonar su país

© Sputnik / Ilya Pitalev

 

La opositora bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya confirmó este martes haber tomado la “difícil decisión” de abandonar su país, en plena represión de un movimiento de protesta tras una elección presidencial muy cuestionada.

“He tomado esta decisión sola (…) y sé que muchos me condenarán, muchos me odiarán”, dijo Tijanóvskaya, que en unas pocas semanas movilizó para sorpresa general a multitudes contra el poder del presidente Alexandre Lukashenko.

“Pensaba que esta campaña (presidencial) me había endurecido y dado la fuerza para soportar todo. Pero sin dudas sigo siendo la mujer frágil que era al principio”, continuó, con el rostro visiblemente cansado, en un video publicado por el medio bielorruso Tut.by.

“Los hijos son lo más importante que hay en la vida”, agregó la opositora.

Durante la campaña, Svetlana Tijanóvskaya envió a sus dos hijos al extranjero por cuestiones de seguridad, temiendo presiones del poder.

El ministro lituano de Relaciones Exteriores, Linas Linkevicius, indicó a la AFP que Tijanóvskaya se encontraba “a salvo” en su país, vecino de Bielorrusia.

Svetlana Tijanóvskaya, de 37 años novata en política, emergió en pocas semanas como una inesperada rival para Lukashenko, de 65 años, los últimos 26 en el poder.

Esta profesora de inglés reemplazó en la carrera presidencial a su marido Serguéi, un conocido videobloguero, arrestado en mayo.

Tras la elección del domingo, Tijanóvskaya instó a Lukashenko a “ceder el poder”, afirmando que no reconocía los resultado oficiales que dieron vencedor al presidente con 80,08% de los votos, contra un 10% para ella.

Sin embargo, se negó a participar en las manifestaciones duramente reprimidas el domingo y lunes por la noche por las fuerzas de seguridad, que recurrió a granadas sonoras y balas de goma y procedió a numerosas detenciones para poner fin a las protestas en Minsk.

AFP

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