Las autoridades de Rusia han confirmado este viernes que han logrado repatriar a 32 de los 33 supuestos mercenarios rusos del Grupo Wagner detenidos en Bielorrusia a finales de julio en Minsk por planear supuestamente frustrar las elecciones presidenciales del 9 de agosto, pero que había confesado que su misión era viajar a América Latina y otras regiones.
Por: sumarium.com
“Treinta y dos ciudadanos de la Federación de Rusia, detenidos antes en territorio bielorruso, cruzaron la frontera de Rusia y actualmente están en territorio ruso“, ha indicado la Fiscalía rusa en un comunicado al que ha tenido acceso la agencia de noticias Sputnik.
En este sentido, los fiscales han señalado que un último ciudadano ruso, que también cuenta con la ciudadanía bielorrusa, continúa en Minsk bajo custodia policial.
El traslado de los nacionales rusos ha sido efectuado conforme a las normas del Derecho Internacional y las legislaciones nacionales de Rusia y Bielorrusia, tal y como recoge el texto. “Las autoridades competentes de la Federación de Rusia seguirán estudiando la situación en torno a estos ciudadanos“, señala.
Según el secretario de Estado del Consejo de Seguridad bielorruso, Andrei Ravkov, los rusos detenidos pertenecen a “la empresa militar privada conocida como Grupo Wagner” y estarían llevando a cabo una misión de “desestabilización”.
Sin embargo, el jefe de la investigación bielorrusa, Alexander Agafonov, reveló a inicios de este mes que, según el testimonio de los detenidos, once de ellos tenían previsto viajar a Venezuela, 15 a Turquía, dos a Cuba y uno a Siria.
La puesta en libertad de los ciudadanos rusos ha tenido lugar después del presidente de Rusia y el dictador de Bielorrusia, Vladimir Putin y Alexander Lukashenko, respectivamente, mantuvieran una conversación al respecto.
En ella, Putin habría pedido la liberación de los detenidos, que trabajarían para una empresa de seguridad privada que pertenece a un empresario ruso cercano a él y que está acusada del envío de mercenarios a varios conflictos activos en el mundo, incluidos los de Ucrania y Libia.
El Kremlin, sin embargo, ha negado en todo momento estas acusaciones y ha insistido en que no ha enviado “mercenarios” de ningún tipo a Bielorrusia para desestabilizar la situación en el país, que está ahora sumido en una fuerte ola de protestas a raíz de las muy dudosas “elecciones presidenciales”.