“El asado negro reúne en perfecta armonía lo que somos los venezolanos”, así describe Armando Mundarain, un joven venezolano, el peculiar plato con el que conquistó al jurado de ‘Konyhaf?nök’ (‘El jefe de la cocina’) y que en estos momentos le mantiene en competencia en el reconocido programa al estilo de ‘Masterchef’, en Hungría.
Por Fabiana Rondón | Voz de América
El programa busca probar el talento de sus participantes a través de retos continuos. Actualmente, el show está presentado por Förd?s Zoltán, un famoso bloguero de gastronomía y chef de ese país. Cada competencia está diseñada por el grupo de jueces que luego decide quién avanza semana tras semana.
Con un asado negro – puré de papas, plátano dulce con clavitos, guasacaca y chips de yuca -, Mundarain llevó a las cocinas de Budapest el sabor típico de Venezuela. A través de su compleja preparación e ingredientes únicos, cuenta que este platillo le recuerda a su país, su casa y a los encuentros de domingo en familia.
Recrear este plato le hizo viajar nuevamente a estos lugares que le remontan a su infancia, describe que los aromas son inconfundibles y las horas de preparación invertidas valen cada minuto para este plato, que él califica de “obra de arte”.
Al entrar al programa, el chef explica que el jurado le hizo énfasis en su capacidad de adaptación, y sus comentarios fueron que debía demostrar otras técnicas y otros sabores, además de los de casa, es por eso que planea introducir elementos de la cocina venezolana fusionados con otros sabores, personalmente le gusta mucho la composición de mezcla de sabores que se tiene en su país natal entre salado y dulce.
Armando llegó a Budapest, Hungría, en 2013 para estudiar economía con una especialización en gerencia hotelera y de catering en la Universidad de Negocios de Budapest, y desde entonces, este país de Europa Central ha sido su hogar.
A pesar de no tener estudios formales en artes culinarias, solo un par de semestres de preparación de alimentos en la universidad, asegura que le fascina la cocina.
“Aprendí en el primer restaurante donde trabajé en cocina, mi meta siempre fue aprender a gerenciar hoteles y restaurantes, para ello, una parte clave es el funcionamiento de la cocina y durante mis prácticas universitarias decidí aplicar en un restaurant muy importante de la ciudad. Mo solo me aceptaron en el restaurante, que tiene una estrella Michelin, sino que me dieron trabajo una vez terminadas las prácticas, y allí inició todo el tema de la cocina”. cuenta Mundaraín a la Voz de América.
Mundaraín ha hecho carrera como chef en Budapest, y su pasión por la cocina le impulsó a concursar en dicho programa, pero aclara que su interés por la cocina despertó en Europa, cuando comenzó a estudiar y aprender de la cultura de esta parte del mundo.
“Cuando vivía en Venezuela no estaba pendiente de quiénes lideraban la escena gastronómica, ni de quiénes eran sus mayores exponentes, cosa que ahora me llama mucho más la atención que entonces” platica a la VOA.
Para reinventarse en la competencia, Armando explica que escucha con atención las recomendaciones que le dan los chefs, además de practicar en casa para mejorar los tiempos, eficiencia, presentación y resultados.
Asegura que es importante tener apertura para escuchar con mucha atención cuáles son las fallas que tiene al momento de hacer un plato, ya que es la única manera de mejorar cada día y aprender de los que considera grandes maestros.
Considera que, como venezolano, tiene algo muy importante a su favor, las cualidades características de su tierra, como son la creatividad, el buen humor y el trabajar buscando la excelencia.
“Somos persistentes, entonces nunca perdemos nuestro norte, sobre todo en los momentos de mayor caos, nunca perdemos el foco y la seguridad que te da saber quién eres y lo que quieres expresar”, dice Mundaraín.
Ser venezolano y estar en un programa de gran prestigio como ‘Konyhaf?nök’ es para Mundaraín una oportunidad de demostrar su identidad gastronómica ante el mundo, mostrar su riqueza tanto en ingredientes como en la preparación, así como la conexión que existe al momento de degustar y compartir con las personas.
Para finalizar, Mundaraín no puede dejar de mencionar sus platos favoritos venezolanos, como el pernil, los patacones y las hallacas, pero reconoce: “muero por las empanadas, las arepas de chicharrón y el papelón con limón. Para mí, de estos platos y sabores están llenos de mis raíces”.