A partir del año 2003, cuando el transbordador espacial Columbia sufrió un accidente durante su vuelta a la tierra, la NASA dejó de lado la construcción de naves para tripulantes y se centró en desarrollar una nave que pueda llegar a la Luna, en reemplazo de la nave Columbia. Es por esto que empezó a externalizar el transporte de astronautas hacia la Estación Espacial Internacional (EEI) alquilándole a Rusia la nave Soyuz.
La empresa estadounidense Spacex fundada por Elon Musk ofrece viajes comerciales y públicos hacia la EEI. Esta empresa resultó ganadora de un contrato con la NASA en el año 2014 para transportar a sus astronautas.
Elon Musk es un empresario nacido en Sudáfrica y nacionalizado canadiense, fue propietario de PayPal, la cual vendió sus acciones para desarrollar su sueño de llevar pasajeros al espacio y en un futuro lograr la población en Marte. También fue director de Tesla, la empresa que se dedica a la fabricación de autos eléctricos.
El 30 de Mayo del corriente año, dos experimentados astronautas de la NASA, Bob Behnken y Doug Hurley participaron de la misión a bordo de la nave Crew Dragon, creada por la empresa de Elon Musk (Especializada en el transporte de astronautas) y tardaron 19 horas en llegar a la EEI.
Behnken y Hurley una vez que despegaron y estuvieron en órbita, comprobaron el sistema de control ambiental, los propulsores para maniobrar y los controles. La estadía sería de 1 a 4 meses donde se quedaría primero para seguir realizando estudios en la nave y en la EEI.
La Crew Dragon en cuanto a su capacidad tiene un volumen de 9,3 metros cúbicos, un diámetro de 4 metros y una altura de 8,1 metros. Permite el transporte de 7 pasajeros y cuenta con una gran capacidad para el transporte de suministros. En la parte de abajo cuenta con paneles solares que le propician la energía requerida para el vuelo y también para el tiempo en el que dure la estadía en la EEI.
Al ser una nave muy innovadora, la Crew Dragon en la cabina de los tripulantes, cuenta con controles de pantalla táctil, a diferencia de otras naves espaciales que tienen botones físicos. Está provista de propulsores que le permite bajo un control autónomo acoplarse a la estación espacial y poder maniobrar mayor facilidad. Para proteger la vida de los astronautas esta nave cuenta con un sistema interno para abortar la misión en caso de alguna emergencia.
Esta nave puede desprenderse del cohete y prender sus motores para que la cápsula y los tripulantes estén a salvo.
En cuanto a la vuelta de los tripulantes a la tierra, estos serán lanzados por la nave en paracaídas hacia el océano atlántico a 450 kilómetros de la costa de Florida en Estados Unidos, donde los esperara un barco para recogerlos. Se utilizarán dos paracaídas para la estabilización y cuatro más para la desaceleración de la nave y para que los tripulantes junto a la cápsula tengan un regreso seguro.