Sobre carretillas, a lomo, o haciendo fuerza con las manos cargan a diario con envases de agua los habitantes de Siquisique en el municipio Urdaneta, que recogen de los ríos Baragua y Siquisique, debido a que desde hace cuatro años por sus grifos y tuberías no sale ni una gota. La situación está poniendo en riesgo la salud de más de cinco mil familias que habitan la zona, ya que en plena pandemia, cuando la limpieza y el lavado de manos es indispensable para prevenir contagios de COVID 19 , la crisis humanitaria se ha exacerbado por la escasez de este servicio.
Ana Uzcátegui || LA PRENSA DE LARA
“En el pueblo ya no se escuchan los carros pasar, porque tampoco tenemos gasolina. Lo que se oye en todo momento son las personas cargando con pipas de agua en carruchas, que llevan hasta el río, caminan por más de tres kilómetros. Esa agua que no es apta para el consumo humano, porque es turbia y viene con residuos de piedras, ramas y barro, sobre todo en esta época del año cuando ha llovido, es la que utilizan para beber, preparar alimentos y asearse. Se han encargado de degradarnos física y mentalmente, esta situación está afectando drásticamente nuestra calidad de vida“, denunció Marisol Bustamante, habitante del lugar y politólogo.
Comentó que la falta de agua potable en esta jurisdicción es causada por tres razones: Incapacidad de Hidrolara y la Gobernación para ofrecer un servicio continuo, corrupción y negligencia. Con fotografías como prueba, Marisol se dio a la tarea de ir junto con un grupo de vecinos hasta la estación de rebombeo de Hidrolara que queda en el sector La Aduana, allí se dieron cuenta de lo desmantelada que está por el robo de equipos que se ha registrado. Sostiene que hay ocho pozos y todos están paralizados.
“La estación de rebombeo está en deplorables condiciones, tuberías corroídas, maquinarias y motores quemados por los cortes eléctricos que aplican dan cuenta de la falta de mantenimiento oportuno. A pesar de que el Gobierno nacional envió plantas eléctricas para que los motores funcionaran, esas plantas hoy no existen y por eso debe rendir cuentas el alcalde Luis Ladino y la gobernadora Carmen Meléndez, responsables de administrar el presupuesto que se aprueba para el agua“, afirmó.
Explicó que los ciudadanos para lograr consumir un agua menos sucia, cavan a orilla de río zanjas, o jagüey, que por filtración natural del terreno, permite recolectar un agua un poco más transparente. “Una persona puede durar hasta más de una hora para llenar un envase de 20 litros y sin embargo, con esto no evitan que hayan enfermedades. Se han incrementado los casos de amebiasis y diarreas en el sector, que afecta sobre todo a los niños por las condiciones de insalubridad en la que vivimos“, refirió Bustamante.
Yonny Riera, docente afectado, comentó que la única medida de contingencia que ha implementado la alcaldía es enviar un camión cisterna, que no cubre la demanda total.
“Ese cisterna pasa sólo por la avenida principal del casco de Siquisique, no se mete ni por las transversales ni por los barrios. Las personas deben sacar sus pipas y llenan máximo dos por familia. Se burlan de la necesidad de la gente“, acotó. Asegura que la Alcaldía ha creado una empresa donde venden botellones a Bs. 90 mil, que la mayoría de la población no puede pagar, porque Urdaneta es el municipio con mayor pobreza en Lara.
La escasez de agua también afecta a las parroquias Moroturo, San Miguel y Axagua. “Se está cometiendo un delito de lesa humanidad con la población y esta denuncia la vamos a elevar a la Organización de Naciones Unidas, por violar nuestros derechos“, apuntó Bustamante.