El número de muertos en Brasil por el COVID-19 parece estar disminuyendo por primera vez desde mayo, según los datos, una señal de que el país latinoamericano podría estar saliendo de una larga meseta de infecciones que lo ha visto sufrir el segundo peor brote del mundo después de Estados Unidos.
Con casi 4 millones de casos confirmados, el virus ha matado a más de 120.000 personas en Brasil. Pero el nivel de promedio de muertes diarias cayó por debajo de 900 por día la semana pasada, el más bajo en tres meses y medio y menos que en Estados Unidos e India, según un recuento de Reuters.
Los investigadores del Imperial College de Londres también calculan que la tasa de transmisión en Brasil -qué tanta gente contagia una persona infectada con el coronavirus- es ahora menor a 1, el nivel necesario para que las nuevas infecciones disminuyan.
Sin embargo, la tasa ya había caído a menos que 1 en agosto, sólo para repuntar una semana después, según el Imperial College.
Las estadísticas del gobierno también son volátiles. El martes y el miércoles, Brasil registró más de 1.100 muertes diarias. Los expertos dicen que es demasiado pronto para decir que lo peor ya ha pasado.
“Estamos en una tendencia descendente en comparación con la meseta anterior”, dijo Roberto Medronho, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad Federal de Río de Janeiro. “Pero, los números siguen siendo altos y tenemos que permanecer vigilantes para que no vuelvan a crecer.”
Las medidas de confinamiento se han flexibilizado en casi todo el país bajo la presión del presidente Jair Bolsonaro, quien las ha criticado por ser dañinas para la economía.
Fotos virales del fin de semana mostraron playas llenas de gente en Río de Janeiro y restaurantes y bares abarrotados en Sao Paulo.
Para Paulo Lotufo, epidemiólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo, la principal causa de la larga meseta fue que lugares como el sur y el medio oeste no mantuvieron las medidas de confinamiento.
“Si hubieran tomado las medidas correctas, hecho los controles adecuados y los hubieran mantenido durante un período más largo, habrían evitado un brote y Brasil estaría en una mejor situación”, dijo.
Reuters