El ilusionista estadounidense David Blaine completó este miércoles con éxito un vuelo sujetado a 52 globos de helio de gran tamaño, que lo elevaron a una altura de unos 7.600 metros. Todo el reto fue transmitido en vivo en su canal de YouTube.
Para realizar este truco, bautizado como “Ascension”, Blaine tuvo que cumplir previamente 500 saltos en paracaídas, obtener una licencia de pilotar globos aeroestáticos y aprender a leer los patrones de viento. Asimismo, se sometió a entrenimientos de respiración en condiciones de poco oxígeno.
“Desde que era niño, volar ha sido mi sueño”, dijo Blaine en su video. Además, contó que cuando su hija Dessa tenía dos años, él decidió no hacer trucos aterradores o peligrosos. Sin embargo, en su opinión, la “Ascension” no tiene que ver con el miedo, sino que trata sobre la belleza y una especie de cumplimiento del sueño de un niño de subir al cielo con la sola ayuda de globos.
Tras llegar a la altura de 7.600 metros, Blaine saltó y después abrió paracaídas para llegar seguramente al suelo. Durante todo el truco comunicaba con su equipo que preparó el experimento y con su hija. Asimismo, le acompañó un helicóptero desde el que los especialistas vigilaron su temperatura corporal y nivel de oxígeno para garantizar su seguridad.
Originalmente, el ilusionista planeó realizar el truco sobre río Hudson en Nueva York, pero las condiciones meteorológicas y los vientos obligaron a trasladar el vuelo a desierto de Arizona.
Otros retos extremos de Blaine
Este vuelo no es el primer reto extremo que realiza Blaine. En 2012 el ilusionista pasó 72 horas bajo una tormenta eléctrica, desafío de permanecer tres días bajo un millón de voltios sin dormir ni comer. El mago de 39 años de edad salió ileso de la esfera de electricidad después de haber recibido durante 72 horas “un millón de voltios activos”, protegido exclusivamente con un traje de nueve kilogramos hecho con una malla de acero, un casco metálico y una visera para protegerlo de los rayos ultravioleta.
En anteriores espectáculos se enterró vivo durante una semana, quedó encerrado entre un bloque de hielo, intentó romper el récord mundial de apnea bajo el agua y pasó 44 días suspendido en una caja de plexiglás sobre el Támesis.