El ministro de Defensa de Colombia pidió perdón el viernes por las violaciones y abusos cometidos por los policías comprometidos en la muerte de un hombre que recibió sucesivas descargas eléctricas con una pistola paralizante, lo que desató una ola de protestas que dejan 11 muertos y cientos de heridos.
Las manifestaciones comenzaron el miércoles después de que Javier Ordóñez, de 46 años, murió en una clínica tras haber sido sometido por la fuerza por dos policías con un taser, pese a que el hombre en varias ocasiones les pidió “por favor, no más” mientras recibía descargas eléctricas, un hecho que quedó grabado en un video difundido por las redes sociales.
“La Policía Nacional pide perdón por cualquier violación a la ley o desconocimiento de los reglamentos en que haya incurrido cualquiera de los miembros de la institución”, dijo en una declaración el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo.
Las protestas se han concentrado en la capital Bogotá, la vecina Soacha y con menor intensidad en otras ciudades como Medellín y Cali, según las autoridades, que han reportado más de 400 heridos entre civiles y policías, la destrucción de decenas de estaciones policiales y el incendio de vehículos de servicio público.
El ministro aseguró que los dos policías implicados en la muerte de Ordóñez, que fueron separados de sus cargos y serán retirados de la institución, enfrentan cargos por abuso de autoridad y homicidio.
Trujillo anunció que otros cinco policías fueron suspendidos de sus cargos mientras son investigados por el caso de Ordóñez.
La policía dijo que Ordóñez, padre de dos hijos, estaba consumiendo licor en una calle del occidente de Bogotá con algunos amigos, en una violación de las normas de distanciamiento vigentes para contener la expansión del coronavirus.
Siete personas de entre 17 y 27 años murieron al recibir disparos en Bogotá durante las protestas del miércoles, según la Alcaldía Mayor, mientras que el Gobierno Nacional reportó las muertes de otras tres personas esa misma noche en Soacha.
Otra mujer murió el jueves en la noche en Bogotá al ser arrollada por un vehículo de servicio público robado por manifestantes durante las protestas, informó la policía.
La muerte de Ordóñez podría alimentar la indignación generalizada contra la policía, duramente criticada el año pasado después de que un adolescente que protestaba murió tras ser herido con un proyectil de gas lacrimógeno disparado por un oficial de una unidad antidisturbios.
Reuters